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spanish.china.org.cn | 21. 04. 2018 | Editor: [A A A]

ESPECIAL: La lengua ancestral de los incas regresa al poder judicial de Perú

Palabras clave: Perú-Especial

Por Juan Limachi

LIMA, 18 abr (Xinhua) -- Después de más de 500 años, el quechua, la lengua de los incas, regresó al sistema judicial de Perú, con la implementación de un curso dirigido a jueces y funcionarios judiciales en el Palacio de Justicia de Lima.

La presidenta de la Comisión de Acceso a la Justicia de Personas en Condición de Vulnerabilidad, la magistrada Janet Tello Giraldi, inauguró hoy la primera sesión de este curso en uno de los auditorios de la sede judicial, con la participación de 40 alumnos, seleccionados de un total de 700 aspirantes.

Tello afirmó en declaraciones para Xinhua que el curso "tiene por finalidad que los jueces, las juezas y los trabajadores del Poder Judicial conozcan esta lengua originaria, y va permitir que las personas quechua-hablantes tengan derecho al acceso a la justicia".

Durante los primeros años de la conquista española de Perú, el idioma de los incas se utilizó profusamente en los litigios judiciales; existen testimonios escritos de estos procesos, pero después cayó en desuso y en la marginación.

La magistrada precisó que con esta iniciativa se busca llegar a la población quechua peruana estimada en casi 4 millones de habitantes, quienes generalmente viven en la marginación y encuentran dificultades para acceder al sistema judicial por la barrera del idioma.

Se busca "poder recuperar (el quechua), rescatar, difundir y hacer uso de esta lengua originaria, como un derecho de las personas a hacer uso del idioma con el cual, precisamente nacieron", explicó.

Tello explicó que, debido a la presencia de litigantes de esta etnia en los pasillos de los juzgados y las limitaciones que enfrentan en los procesos, se decidió capacitar a los jueces y juezas peruanos para atender a esta población en la capital peruana.

"Vamos a necesitar recursos y voluntad política para que esto se entienda como una necesidad real en la utilización de servicios de justicia", reflexionó.

La magistrada anunció que el proyecto tiene previsto implementar otros cursos para atender la demanda de los alumnos, por lo que los planes de las autoridades peruanas se prolongarán hasta el 2021.

"En ese sentido ya estamos planificando un segundo grupo, pero que, definitivamente, no alcanzará a las 700 personas que se registraron", indicó.

Durante la primera sesión los alumnos aprendieron palabras como ¿Imataq sutiki? (¿cómo te llamas?) ¿Hawkallachu? (¿Estás tranquilo/estás en paz?), entre otras frases que se escucharon en el auditorio del Palacio de Justicia después de 500 años, como un eco de la reivindicación del imperio vencido por la cultura hispana.

Los estudiantes, que van desde jóvenes hasta mayores de diversas jerarquías, representan a todos los niveles del sistema judicial, y están representados jueces supremos, jueces de paz y secretarios de juzgados de paz.

"Este es un mecanismo de entendimiento para favorecer el acceso a la justicia, un derecho humano fundamental; entonces, se conjugan dos derechos, el derecho a que las personas puedan hacer uso de su idioma materno y, de esta manera, se le brinde el acceso a la justicia", expresó Tello.

Los estudiantes asistirán a 16 sesiones en el primer curso básico, que durará dos meses; luego se implementará un segundo curso intermedio, y en el futuro continuarán estas capacitaciones.

Uno de los alumnos, el juez supremo Jorge Castañeda, con más de 30 años trabajando en el Poder Judicial, ha visto peregrinar por los pasillos del Palacio de Justicia a cientos de personas que enfrentaban las limitaciones del idioma; por esta razón decidió inscribirse en este curso.

"El Perú es quechua-hablante, pero lamentablemente, desde la dominación española, nos hemos olvidado de nuestro idioma materno", expresó.

Castañeda reflexionó que "como juez, estoy en la obligación de saber el quechua para entender su lenguaje y la explicación de las personas que acuden al Poder Judicial, sean como demandantes o como demandados, como agraviados o como denunciantes".

El alto magistrado consideró que este curso es muy importante y debe ampliarse a todas las cortes superiores de este país.

"En primer lugar, hablar quechua permite conocer el dolor y el sufrimiento de las partes; en segundo lugar, la parte (quechua) que se acerque al juez va tener confianza para explicar su problema", puntualizó.

Perú tiene poblaciones quechuas en todo su territorio, pero la mayor parte de esta etnia se concentra en las regiones Ayacucho, Apurímac, Cusco, Cajamarca, La Libertad, Huancavelica, Huánuco, Junín, San Martín y los barrios marginados de Lima, donde viven migrantes procedentes del interior.

El profesor encargado de este curso es el lingüista Raúl Cisneros, quien estudió lengua y literatura en la Universidad San Cristóbal de Huamanga de Ayacucho, y es hablante natural de esta lengua, la cual utilizó hasta los nueve años y después aprendió español en escuelas públicas.

"Soy de la comunidad de Pariamarca y emigré a los nueve años. En mi comunidad sólo hablábamos quechua", dijo el profesor.

Cisneros explicó que durante la guerra interna que vivió Perú en la década de 1980 y 1990 del siglo pasado, era un niño y pudo observar cómo los comuneros quechua-hablantes buscaban justicia pero no eran comprendidos y eran revictimizados por operadores judiciales, por esta experiencia empezó su preocupación por divulgar este idioma.

Actualmente, Cisneros también enseña cursos de quechua en la Casa de la Literatura de Lima, dirigidos a todo tipo de público.

"Es una manera de darnos justicia a nosotros mismos. Hemos vivido por mucho tiempo por una cultura hegemónica que nos trajo la religión, el sistema de justicia (occidental)", anotó.

En sus cursos, Cisneros aplica una técnica participativa y utiliza herramientas como cantos, ejercicios, diálogos e intercambio de experiencias para aprender este idioma ancestral que renace en los pasillos de instituciones gubernamentales peruanas.

Tanto los alumnos como el educador consideran que Perú está viviendo un tiempo de inclusión histórica, porque antes se hablaba de asimilar a los pueblos originarios al sistema hegemónico occidental y desaparecerlos, pero ahora se propone revalorar estas culturas ancestrales. Fin

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