Fatídico incendio en Beijing ligado a negocios informales

Una persona lleva dos maniquíes el martes en el pueblo de Xinjian, distrito de Daxing, donde se lleva a cabo demoliciones de construcciones ilegales tras un fatídico incendio que dejó 19 muertos el sábado.

Las víctimas de las llamas en el distrito de Daxing en Beijing murieron envenenadas al respirar óxido de carbono de una unidad refrigerante recientemente instalada en un sótano, informaron las autoridades.

Los 11 empleados del centro, entre ellos los encargados del cableado eléctrico y la eliminación de plagas eran profesionales calificados en sus respectivas labores, indicó el gobierno local.

El siniestro, desatado en un edificio con más de 400 residentes el sábado por la noche, dejó 19 muertos y 8 heridos, de los cuales 6 ya han sido dados de alta. La policía todavía investiga el detonante, así lo reportaron funcionarios distritales en una rueda de prensa el jueves.

Entre los fallecidos figuran 8 menores de 18 años, entre ellos un bebé de un año y un hombre mayor de 60, en su mayoría de las provincias de Shandong, Henan y Hebei, lugar de origen de varios trabajadores migrantes.

El inmueble de 20 000 metros cuadrados tenía dos pisos sobre el nivel del suelo en algunas partes y en otras tres, además de un sótano. Una persona identificada como Fan inició su construcción en 2002. La instalación de la unidad refrigerante comenzó en marzo y estaba en fase de pruebas antes de ocurrida la tragedia.

La policía detuvo a los empleados, así como a 7 individuos de la administración del lugar.

Los supervisores distritales y de la ciudad establecieron el domingo un grupo conjunto de investigación y enviaron 5 equipos a diferentes departamentos gubernamentales para recabar información. Además, se está coordinando con la policía para indagar cómo el lugar se levantó y operó sin ninguna objeción oficial, señalaron las autoridades.

Después del incendio, Beijing ordenó una campaña de 40 días de verificación de las medidas de seguridad en toda su jurisdicción.

El jefe del Partido Comunista en Beijing, Cai Qi, exigió a los inspectores peinar la capital de punta a punta e hizo un llamado por la destrucción de complejos industriales no aptos utilizados para negocios ilegales en las zonas rurales de la ciudad en aras de la seguridad.