Perú volvió al ruedo mundialista en medio de la histeria colectiva

Tras un partido de ida sin goles, el de vuelta se presentaba como la última valla a surcar por el tan ansiado cupo al torneo rey de la disciplina. Pese a la ausencia de su capitán Paolo Guerrero por dar positivo en una prueba de doping, los dirigidos por el argentino Ricardo Gareca sacaron a relucir la garra blanquirroja, esa que siempre se quedó en el casi, en el juego bonito pero con mala suerte, esa misma salió en todo su esplendor y dio una de las mayores alegrías al pueblo peruano.

Las anotaciones de Jefferson Farfán y Christian Ramos desataron una algarabía masiva pocas veces vista, por no decir nunca, a nivel nacional. Plazas y calles en cada rincón del país eran un mar de tonos rojos y blancos con un motivo de celebración común: la vuelta al ruedo.

El jueves el Perú descansa de una maratónica noche de alegría infinita, el Gobierno declaró feriado el día si la escuadra ganaba, jornada obligatoria para el sector público sujeta a compensación y opcional para el privado, pero la calma no durara mucho, esto recién empieza y los peruanos lo saben.