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spanish.china.org.cn | 17. 11. 2017 | Editor:Elena Yang [A A A]

PERFIL: Xi Jinping y su era

Palabras clave: PERFIL: Xi Jinping y su era


MÁXIMO LIDERAZGO REFORMANDO EL EJÉRCITO

Xi Jinping inspecciona una guardia de honor en el portaaviones Liaoning, en la provincia de Liaoning, en el noreste de China, el 28 de agosto de 2013. 


Como presidente de la Comisión Militar Central (CMC), Xi afronta la tarea de garantizar que el mayor ejército del mundo realice el decisivo salto de ejército simplemente grande a uno fuerte.

Para alcanzar este objetivo, el comandante en jefe de más de dos millones de efectivos ha trazado un plan de dos pasos.

"Nuestra meta es concluir básicamente la modernización de la defensa nacional y del Ejército para 2035, y culminar la transformación integral del Ejército Popular en un ejército de primer orden mundial a mediados de este siglo", señaló Xi en el informe presentado ante el XIX Congreso Nacional del PCCh.

Ninguna de las dos metas es fácil de lograr, y Xi ha acudido a la recuperación del espíritu revolucionario del ejército en tiempo de guerra en búsqueda de ímpetu.

A instancia de Xi, una reunión sobre las labores políticas del ejército se celebró en octubre de 2014 en el poblado de Gutian, en la provincia de Fujian, el mismo lugar donde Mao Zedong presidió un congreso en el que se estableció el principio del liderazgo absoluto del Partido sobre el Ejército en 1929.

Una de las citas más famosas de Mao fue: "El poder político crece en el cañón de un arma de fuego". Por el momento, el ejército afronta muchas diferentes tareas y misiones en la nueva era: desde salvaguardar la soberanía territorial de un vasto espacio terrestre, marítimo y aéreo, a facilitar la unificación nacional; de proteger los crecientes intereses en el ultramar de China, a combatir el terrorismo y los desastres.

Sin embargo, para Xi, la máxima prioridad continúa siendo la misma de hace ocho décadas: poner todo el Ejército bajo un comando unificado y absoluto, y garantizar que las fuerzas armadas obedezcan las órdenes del Partido.

En la nueva reunión de Gutian, Xi reiteró las gloriosas tradiciones y principios del Ejército Popular de Liberación (EPL) en lo relativo a la lealtad política y al liderazgo del Partido.

También puntualizó destacados problemas que "se deben resolver de inmediato, para que no causen degradación y desviación".

Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh, más de 100 funcionarios del EPL por encima del cuerpo del Ejército, entre ellos los exvicepresidentes de la CMC Guo Boxiong y Xu Caihou, han sido investigados y castigados. Este número es ya mayor que el de los generales del ejército que murieron en el campo de batalla durante la época revolucionaria.

Por orden de Xi, una nueva comisión disciplinaria y la comisión para asuntos políticos y legales fueron creadas bajo la CMC, y más de 40 leyes y reglamentos entraron en vigor durante los últimos cinco años, preservando la conducta modelo, la disciplina estricta y la moral alta del EPL.

Xi también instó al Ejército a abandonar todas las actividades empresariales, una medida que tocó enormes intereses personales. Algunas personas expresaron sus reservas, pero Xi continuó a pesar de todo.

"El Ejército debe actuar como un ejército", subrayó Xi.

Todo eso ha empujado al EPL a enfocarse en mejorar su capacidad de combate, las cuales, según Xi, deben ser el "único y fundamental" estándar del ejército.

Xi también es muy consciente de la necesidad de mejorar la capacidad de combate del EPL. En 2012, enfatizó ante los altos generales que la capacidad de combate del EPL se quedó atrás para ganar en la guerra moderna.

"Quedarse atrás en el frente militar es letal para la seguridad del país", indicó, "He leído mucho sobre la historia moderna de China, y me duele mucho cada vez que nos quedamos atrás (en construcción militar) y fuimos víctimas de la invasión y la agresión".

Xi Jinping conversa con soldados a bordo del destructor naval Haikou durante su inspección en el teatro de operaciones militares de Guangzhou del Ejército Popular de Liberación (EPL), el 8 de diciembre de 2012. 


Para asegurar que la agonizante historia no se repita, Xi ha encabezado una reforma militar y de defensa nacional desde 2015.

Las organizaciones militares fueron renovadas y fue introducido un sistema de comando de combate conjunto. Los cuatro departamentos militares, Estado Mayor, Política, Logística y Armamento, fueron reorganizados en 15 agencias, mientras que los siete comandos previos del área militar fueron reagrupados en cinco comandos de teatro.

Al mismo tiempo, el porcentaje del personal militar entre todo el EPL fue reducido a menos de la mitad, y se establecieron una nueva Fuerza de Cohetes y la Fuerza de Apoyo Estratégico.

El número de oficiales del Ejército se redujo en un 30 por ciento, y cientos de generales cambiaron de puesto.

La inflexible resolución de Xi da sólidos resultados. El EPL ha conseguido enormes avances en los últimos cinco años para materializar la modernización.

Se creó un sistema de comando de combate que incluye la CMC, los comandos de teatro y las tropas, junto con un sistema de administración que conecta la CMC con las fuerzas armadas y luego con las tropas.

La integración civil-militar ya es una estrategia nacional, y la ciencia e innovación irradia una mayor vitalidad.

En los últimos cinco años, se lanzó el segundo portaaviones de China, se pusieron en servicio más buques de guerra, y se estrenaron nuevos aviones de combate, drones y misiles. También se obtuvieron avances en la investigación de nuevos armamentos militares, tales como el sistema de navegación satelital.

El EPL es ahora una fuerza más ágil con una mejor estructura y más servicios equilibrados, una que cobra vigor menos de su tamaño y más de su capacidad y eficiencia de combate.

Expertos militares creen que la última ronda de reforma lanzada por Xi constituye el mayor cambio para la estructura del ELP desde la fundación de la República Popular China en 1949.

La afinidad de Xi por el EPL se remonta a sus primeros días. De hecho, Xi frecuentemente se llama a sí mismo un "veterano".

En 1979, justo después de graduarse de la Universidad Tsinghua, Xi se unió al Ejército, sirviendo como secretario del por entonces ministro de defensa nacional en la oficina general de la CMC.

Él era visto con frecuencia con su desteñido uniforme militar, a veces con una bolsa de ejército, tres años después, cuando se convirtió en subjefe del Partido del distrito de Zhengding, en la provincia de Hebei. Debido a su trabajo, viajó por todo el país en las siguientes décadas, Xi también ocupó puestos concurrentes en el Ejército.

Aún hoy tiene una foto en la que lleva uniforme militar colocada en su mesa en el complejo del liderazgo chino Zhongnanhai en el centro de Beijing.

"Cuando era joven, aprendí mucho sobre la historia del EPL, y he admirado el carisma de los líderes de la anterior generación del Ejército", afirmó a los altos funcionarios militares en julio de 2013. "Mi sincero apego al Ejército data de mi juventud".

Pero Xi no solamente dirige el EPL sentado detrás de su mesa.

Durante los últimos cinco años, se ha sentado en la cabina del último bombardero de la Fuerza Aérea, abordado el más reciente submarino de la Marina y supervisado programas de entrenamiento de aviones del EPL a bordo de buques.

Sus viajes de inspección nacional lo han llevado a islas, pasos transfronterizos remotos, así como al áspero desierto de Gobi, y visita a las tropas locales adondequiera que va.


Xi Jinping visita a los soldados en servicio en un puesto fronterizo en la Región Autónoma de Mongolia Interior, en el norte de China, el 26 de enero de 2014. "Hoy, vigilaré junto con ustedes," dijo Xi a los soldados.  



Xi cena con soldados jóvenes, comprueba la temperatura de sus duchas en el dormitorio y les presiona para que no retrasen sus bodas.

A principios de 2014, Xi visitó soldados apostados en Mongolia Interior en vísperas del Año Nuevo Lunar chino. Subió, contra los vientos helados y nieve embravecida, por la empinada escalinata hasta un puesto de vigía a lo largo de la frontera entre China y Mongolia, y firmó su nombre en el registro.

"Hoy, vigilaré con ustedes", indicó Xi a los soldados.


Xi Jinping inspecciona las fuerzas armadas como parte de las conmemoraciones llevadas a cabo con motivo del 90 aniversario de la fundación del Ejército Popular de Liberación (EPL) en la base de entrenamiento militar de Zhurihe en la Región Autónoma de Mongolia Interior, en el norte de China, el 30 de julio de 2017.  


Dentro de cinco años, Xi había inspeccionado dos desfiles militares. A finales de este julio, Xi, vestido con camuflaje militar y un gorro de campo, permaneció de pie en un jeep de techo abierto que circulaba lentamente ante las formaciones de tropas, quienes se pararon firmes y en silencio en la base de entrenamiento militar de Zhurihe, en vísperas del 90º aniversario de la fundación del EPL.

El EPL organizó raramente desfiles el el campo de este tipo en el pasado.

El otro desfile se celebró en 2015 con motivo del 70º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la Guerra Antifascista Mundial.

Por su orden, más de 50 generales del EPL hicieron una aparición inusual al dirigir a las formaciones a pie y de escalón aéreo. Cerca de 1.000 militares extranjeros de 17 países, entre ellos de Rusia, desfilaron ante docenas de jefes de estado y líderes de gobiernos junto con Xi en la Tribuna de Tian'anmen.

Antes del desfile, Xi anunció la reducción del número de soldados en 300.000 y destacó la aspiración de China a la paz.

Este anuncio es la cristalización de la política de defensa nacional de China, la cual es de naturaleza defensiva.

El sueño chino de la construcción de un fuerte ejército es, en esencia, un sueño de paz.

Según las propias palabras de Xi, "el único que puede acabar la guerra es el capaz de ella, y el único que puede evitar una guerra es el que está listo para ella, y aquellos que no pueden combatir solamente quedan vulnerables a la agresión".


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