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spanish.china.org.cn | 30. 10. 2017 | Editor: Lety Du [A A A]

Una nueva manera de conservar la arquitectura antigua

Palabras clave: arquitectura antigua, China, Hongcun, Huangshan, Anhui

Ante la falta de fondos, un creativo enfoque de protección.

Una nueva manera de conservar la arquitectura antigua

Faroles tradicionales brillan en las viviendas de siglos de antigüedad en la aldea de Hongcun, cerca de la montaña Huangshan, en la provincia de Anhui, en mayo.

Las antiguas casas de Huangshan, en la provincia de Anhui, ofrecen una mirada única a la arquitectura milenaria de las dinastías Ming y Qing, pero la falta de fondos desafía su protección.

Existen más de 6000 viviendas en la zona, declarada patrimonio cultural y natural por la UNESCO, pero debido a los limitados recursos del Gobierno, solo un cuarto de ellas, 1325, están bajo administración estatal.

Sin embargo, todas, muchas de las cuales pertenecieron alguna vez a gente importante, son tesoros para los residentes del área. El cómo garantizar efectivamente la conservación de estos símbolos de la historia ha sido un reto para los habitantes y autoridades.

Varios pobladores trabajan en las ciudades como empleados migrantes y sus propiedades quedan atrás vulnerables al deterioro y consiguiente colapso.

"No hay dinero para su renovación y es una pena verlas derrumbarse. Por ello, alentamos a la gente a que invierta en su reparación para hacer un buen uso de ellas”, indicó Hu Jianbin, jefe de la oficina de cultura de Huangshan.

La urbanización es un factor relevante. Son cada vez más los residentes urbanos, cansados de su agitado ritmo de vida junto a los problemas de tráfico y de contaminación, quienes vuelcan sus ojos hacia el campo a manera de escape. La conservación de las viviendas antiguas en Huangshan ofrece a este grupo un rayo de esperanza.

Aire limpio

Huangshan tiene muchas ventajas para atraer al público urbano. Además de su hermoso paisaje natural, la ciudad es una de las más limpias de China. El año pasado, el número de días con el estándar nacional de “excelente” y “bueno” en cuanto a la calidad del aire fue de 355. Además, es cuna de la cultura Hui, la cual inspiró el diseño único de las construcciones desde la dinastía Song (960-1279).

Shu Qing cayó rendida ante su encanto.

Nacida en el distrito de Yixian en Huangshan, Qing trabajó como periodista en Beijing durante 8 años antes de regresar a su pueblo natal.

"Me gusta caminar alrededor del Templo Lama en Beijing y me encantan todos esos pequeños restaurantes a su alrededor. Siempre he soñado con abrir uno en mi lugar de origen”, comentó.

En 2009, la oportunidad llegó, dejó la gran capital y volvió a Yixian donde abrió su propio restaurante - The Hui House – en una antigua vivienda cerca de la que fuera la residencia de Sai Jinhua, una mujer conocida a fines de la dinastía Qing (1644-1911). El lugar se ubica muy cerca de los poblados de Xidi y Hongcun, también registrados en la lista de la UNESCO.

Propiedad de ensueño

"La casa estaba abandonada, las termitas se habían comido la madera”, reveló Qing al recordar la primera vez que vio su inmueble soñado.

Después de 5 meses de reconstrucción y decoración, The Hui House se convirtió en un elegante y acogedor establecimiento, reputado por su deliciosa comida y atento servicio. Cada día solo se sirve a 8 grupos de comensales.

"Conservamos la estructura en buenas condiciones según los requerimientos del Gobierno y frecuentemente realizamos mejoras”, contó la orgullosa dueña.

Amante de la arquitectura antigua, esta hija de Huangshan inició la búsqueda de un lugar donde vivir con su esposo. En 2012, compró las dos casas adyacentes que datan de la dinastía Ming (1368-1644) en un estado precario y le tomó 3 años repararlas y transformarlas.

"El proyecto estuvo sujeto a la aprobación del Gobierno para prevenir que los obreros destruyeran la parte original. Debía mantenerse el estilo Hui de la propiedad, entre ellos sus baldosas negras, paredes altas blancas y sus terminaciones en la forma de cabezas de caballo”, alegó Qing.

La residencia, lista en 2016, cuenta con 8 cuartos exquisitamente decorados y equipados con toda la modernidad necesaria como aire acondicionado y calefacción en el suelo.

"Desde el 2016 hemos vivido aquí. En marzo, empezamos a ofrecer cuartos a los viajeros”, agregó.

Inversión personal

Qing gastó 1,5 millones de yuanes ($225 520) en ambos inmuebles y otros 2,6 millones en las reparaciones y decoración interior.

"Comprar casas antiguas es costoso y reconstruirlas no solo eso sino también toma tiempo y energía. Si de verdad no hay un compromiso, las destruyes”, anotó Yu Biao, director de la oficina de protección del patrimonio cultural de Yixian.

"Debemos supervisar la línea de crédito de los interesados y su poder adquisitivo, sin importar la clase de propiedad que deseen”.

Fascinado por la cultura Hui, Huang Hua es presidente de la Compañía Internacional de Desarrollo Cultural Hua Sheng Hang especializada en muebles de la dinastía Ming y Qing. Desde el 2003, ha trabajado con “nanmu”, un tipo de madera muy particular utilizado por las familias de la corte imperial Qing. En 2013, Hua visitó un salón ancestral en Yixian.

"Estaba a punto de caerse e incluso ya estaba clasificado como peligroso. Hubiera sido lamentable permitir que desaparezca”, acotó.

Beneficio mutuo

Debido a que la sala es considerada una reliquia cultural, el Gobierno de Yixian solo la rentó por 40 años. Huang la reconstruyó en un periodo de 2 años, desembolsó 3 millones de yuanes y ahora es un museo de muebles de las dinastías Ming y Qing, además sirve de lugar de exhibición para sus productos.

En los últimos años, los gobiernos locales han tomado una serie de medidas para atraer a inversionistas privados como Shu o Huang a fin de que renueven las antiguas casas de Huangshan. Si el plan continúa con buen pie, pronto será un ejemplo de cooperación de mutuo beneficio y una manera sostenible de conservar el patrimonio cultural.

"Hemos trazado una serie de reglas muy detalladas para garantizar que solo personas capaces puedan alquilar los inmuebles, la propiedad sigue en manos del Gobierno”, explicó Hu, jefe de la oficina cultural.

 

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