Pero Mora no es un caso único, porque en otra agrupación, Los Marqueses de Atarés, sobresale Pedro Rivero, un negro alto y delgado que a los 73 años aún conserva un porte erguido que le confiere un aire de grandeza.
Vestido de blanco de los pies a la cabeza, como los Babalawos, los sacerdotes de la Regla de Ocha o santería cubana, Rivera marcha delante de la comparsa y con su bastón en alto va saludando a todos, en especial a los niños.
Las fiestas están asociadas a las celebraciones religiosas y al mestizaje entre africanos y españoles, alcanzado en un largo proceso que tuvo lugar en la isla a partir de la introducción de esclavos traídos de África que se inició en 1550.
Las raíces están en las celebraciones del Corpus Christi, la Epifanía y el Día de Reyes, cuando autorizados por los amos, los negros esclavos organizaban danzas y marchas colectivas en los momentos que tenían para disfrutar de algunos días de descanso.
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