Falta de medicinas en Venezuela condena a muerte a los pacientes

Según el Bank of America Merrill Lynch, Venezuela fue el principal importador de medicinas de América Latina en 2013 con compras por 3700 millones de dólares. Sin embargo, la caída del precio del petróleo a partir de 2014 dejó al Gobierno sin recursos para adquirir productos básicos e insumos. Una situación que golpeó fuertemente al sector farmacéutico entre otros.

La falta de ayuda humanitaria se debe a la obstinación del régimen por evitar su entrada y con ello, de acuerdo con sus críticos, negar la existencia de una crisis. A la gente no le ha quedado otra que recurrir a las donaciones internacionales, al trueque o a la compra de medicamentos en el mercado negro.

Ángel Gutiérrez es un niño de 5 años enfermo de cáncer que debido a la situación del país ve peligrar su tratamiento en el hospital José Manuel de los Ríos, el principal centro médico pediátrico de Caracas. Cada mes, debe viajar entre 12 y 24 horas por carretera junto a su madre desde San Cristóbal, en el Estado de Táchira (Andes), hasta Caracas para atenderse. “Si no lo hacemos, condenaríamos a muerte a Ángel. En San Cristóbal solo hay un oncólogo pediátrico. No hay insumos médicos, tampoco equipos”, explicó su progenitora, Marilyn Ochoa.

Es ahí donde entra a tallar la ONG “Una Medicina para Venezuela” que se encarga de recolectar medicinas para ayudar a pequeños como Ángel a través de compañías locales, con una serie de trabas a su paso, entre ellas el Seniat, la autoridad aduanera venezolana, que prohíbe el transporte privado de medicinas y alimentos

El médico Carlos Ponte Negretti y otros expertos de la Sociedad Venezolana de Cardiología han desarrollado un estudio sobre el drama de 43 centros de salud del país especializados en enfermedades cardiovasculares. Un 75 % de los hospitales no tenía ni aspirinas, un fármaco indispensable para dichas dolencias. “Se están atendiendo a pacientes con infartos como se hacía hace 40 años, época en que la incidencia de muertes por este motivo alcanzaba un 15%. Nuestra terapia se ha convertido en contemplativa”, destacó Ponte.

El hermetismo de Caracas impide conocer el nivel real de la crisis. No obstante, para Francisco Valencia, presidente de la ONG Codevida, las muertes han aumentado por la escasez de medicinas o los fallos en los hospitales. “El Gobierno condena a una muerte silenciosa a los pacientes con enfermedades crónicas”, aseveró.