Quedan menos de 30 días para que el IX Encuentro de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se celebre en Xiamen en septiembre, y donde el papel de la organización en la gobernanza global, la recuperación económica vacilante y los reveses en la globalización serán las cuestiones que más preocupen.

"BRICS: una asociación más fuerte para un futuro más brillante" reunirá a los líderes de este grupo en Xiamen, una ciudad costera en la provincia suroriental china de Fujian del 3 al 5 de septiembre.

Los "países de ladrillos dorados", una traducción china de BRICS, representan a los mercados emergentes y son la voz de los países en vías de desarrollo del mundo.

Su fuerte crecimiento económico significa que los BRICS son actores clave en la economía mundial y en la gobernanza global. Juntos, los cinco países suponen el 23 por ciento de la economía global en 2016, casi el doble que su cuota en 2006. El quinteto ha sido la fuente de más de la mitad del crecimiento mundial en los últimos 10 años.

"La cooperación de los BRICS no solo ayudó a los países en sí mismos, sino que alentó el derecho a participar en los asuntos globales para todos los países en desarrollo", explica Ruan Zongze, vicepresidente ejecutivo del Instituto de China para las Relaciones Internacionales.

China, que es la presidenta de BRICS de este año, está albergando una serie de encuentros que normalmente preceden la cita de los líderes. Esta semana, los ministros de Comercio se reunieron en Shanghai y acordaron unirse contra el proteccionismo y hacer todo lo que esté en su mano para asegurar la supervivencia del sistema de comercio multilateral.

El pasado julio, un encuentro de seguridad de BRICS se celebró en Beijing, con discusiones sobre la gobernanza global, antiterrorismo, internet, energía, seguridad nacional y desarrollo.

En junio, los ministros de Hacienda y los gobernadores de bancos centrales acordaron fortalecer la cooperación en varios ámbitos fiscales y financieros, incluyendo el Banco de Nuevo Desarrollo de BRICS y la colaboración regulatoria.

"Creo que el encuentro de este año de Xiamen generará más cooperación práctica y concreta, y mejorará la fiabilidad y confianza entre los BRICS", asegura Shen Yi, director del centro de estudios de BRICS en la Universidad Fudan.

China no quiere limitar la futura cooperación a las cinco naciones. En marzo, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, señaló que el país asiático exploraría modalidades de expansión para "BRICS Plus" y construir una asociación más amplia a través del diálogo con los países en desarrollo y las organizaciones internacionales.

"BRICS Plus" traerá más oportunidades para otras economías e inyectará más ímpetu a la globalización económica, explica el economista jefe del Banco de Desarrollo Euroasiático, Yaroslav Lissovolik.

"Las propuestas del canciller chino Wang Yi sobre la expansión de la asociación de BRICS no solo son oportunas durante la presidencia de China de los BRICS, sino que también están enfocadas a dar un nuevo ímpetu a los procesos de integración en las complicadas condiciones de expansión del proteccionismo en la economía mundial", apunta Lissovolik.

Con el progreso de los últimos diez años y una mayor actitud inclusiva, los BRICS están preparados no solo para el encuentro de Xiamen, sino también para la década dorada que viene.