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spanish.china.org.cn | 01. 08. 2017 | Editor: Lety Du | [A A A] |
Sembrando la semilla musical en los más pequeños
En marzo de 2016, recién graduada, Mengjia empezó a laborar como docente del ruan en la orquesta de música folklórica “Vela de oro” de la escuela primaria afiliada a la Universidad de Qinghua. Lo primero que hizo para dar el salto de la interpretación a la enseñanza fue cambiar en su corazón la “audiencia objetivo”. Como artista del ruan, sus oyentes eran principalmente profesionales del ramo o un público entendido en el arte, pero como profesora lo eran los niños. Cómo inculcarles conocimientos musicales de manera simple y atractiva se convirtió en su principal meta. Para los más pequeños, el aprendizaje de la música folklórica en su etapa inicial es bien interesante, pero a medida que se profundiza en el tema, el entusiasmo decae y nos encontramos con un periodo de sequía. Este tramo es difícil y sumamente largo. Por lo tanto, no solo requiere una gran fuerza de voluntad y paciencia, sino también constancia, estimulación e impulso por parte de los instructores. Con el fin de evitar que los niños claudiquen, Mengjia los exhorta y anima en todo momento. En ese sentido, para hacer más divertidas las sesiones, a menudo interpreta melodías infantiles muy conocidas.
En su profesión, Mengjia nunca deja de pensar en el proceso de aprendizaje. Siempre corrige antes que nada los problemas que encuentra y actualiza en todo momento los métodos de enseñanza. En su labor, descubrió que los niños tienen una gran capacidad de imitación. Una vez en la clase, durante una demostración, marcó el compás sin pensarlo con el pie y, al poco tiempo, se dio cuenta de que algunos pequeños hacían lo mismo. Mengjia se rectificó inmediatamente y les explicó que lo hacía como una herramienta de ayuda, pero que no era correcto hacerlo en una presentación. Las experiencias y lecciones llegan poco a poco, por eso sabe que como profesora debe tener cuidado en clase y evitar realizar movimientos equivocados. A lo largo de más de un año en la escuela primaria, Mengjia ha seguido siempre un patrón riguroso, transparente y justo. De vez en cuando graba con su teléfono móvil la clase y las actuaciones de sus alumnos y se las manda a los padres para que puedan conocer su progreso y las condiciones de estudio de sus hijos. Su actitud seria y cautelosa le ha merecido un gran reconocimiento por parte de sus pupilos y de sus padres. Para ellos, no solo es una buena maestra y compañera, sino también una persona con la que pueden comunicarse en condiciones de igualdad.