China planea reanudar las importaciones de carne de res de Estados Unidos, suspendidas en 2003, en un intento por impulsar los lazos económicos y equilibrar el superávit comercial entre ambos países.

Las dos naciones han concluido los detalles del protocolo lo que significa que los exportadores estadounidenses podrán preparar sus primeros cargamentos en 14 años a mediados de julio.

Dado el avance, se esperan lazos económicos y comerciales más estrechos entre Beijing y Washington, indicó Wei Jianguo, vicepresidente del Centro Chino para Intercambios Internacionales Económicos "El comercio bilateral florecerá este año, con las importaciones chinas creciendo a un mayor ritmo que las exportaciones. El déficit comercial con Estados Unidos se reducirá significativamente”, añadió el analista.

Como parte del Plan de Acción de 100 Días convenido entre los presidentes, Xi Jinping y Donald Trump, las negociaciones son pasos importantes hacia la compra de carne de res norteamericana por primera vez desde el 2003, reportó la agencia de noticias Xinhua, citando al Departamento de Agricultura estadounidense.

Durante su reunión en abril en Palm Beach, Florida, Xi y Trump acordaron establecer un diálogo económico integral e iniciar un plan de cooperación de 100 días.

En mayo, ambas potencias anunciaron los resultados preliminares en sectores como el agrícola, pagos por medios electrónicos, servicios financieros y el energético.

El Gobierno chino prohibió el ingreso de carne de res de Estados Unidos en 2003 debido a un brote de la enfermedad de las vacas locas. Desde entonces, los productores americanos y los diferentes organismos gubernamentales han intentado reabrir el mercado.

La gerente de ventas y marketing para Asia de Morton's The Steakhouse, una cadena americana en China, Mandy Ning, manifestó que el convenio son buenas noticias porque el precio de la carne importada podría bajar.

El presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos de Bovinos en Estados Unidos, Craig Uden, apuntó que esto refleja la confianza de China en la seguridad y la calidad de la carne de res americana. "Esperamos que con nuestra presencia, podamos desarrollar una relación duradera y de mutuo beneficio”, destacó.

Según la USDA, los productores estadounidenses deben rastrear el origen del ganado destinado a China. Los cargamentos deben proceder de animales vendidos hace menos de 30 meses y la carne no debe contener estimulantes de crecimiento.

China se ha convertido en uno de los mercados importadores más grande de carne bovina. Sus compras excedieron las 1,02 millones de toneladas métricas en 2016, un aumento del 12,6 % con respecto al mismo periodo en 2015, de acuerdo con la Administración General de Aduanas.

El país asiático, asimismo, trabaja para adquirir más soya y algodón, así como artículos manufacturados, anotaron algunos funcionarios.

El comercio bilateral subió de 2 500 millones en 1979 a 524 300 millones de dólares el año pasado. El déficit comercial norteamericano con China se ubicó en los 164 800 millones de dólares en 2016.