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spanish.china.org.cn | 06. 06. 2017 | Editor: Lety Du [A A A]

Crisis en el Golfo Pérsico

Palabras clave: Crisis en el Golfo Pérsico, Catar, Arabia Saudita

Crisis en el Golfo Pérsico

Los problemas entre Arabia Saudita y Catar no es algo repentino, sus choques por un rol predominante en el Golfo Pérsico se remontan al menos al 2011; sin embargo, esta vez la proporción es mucho mayor puesto que la crisis involucra a Bahréin, Emiratos Árabes, Egipto, Yemen y Libia quienes no solo han roto relaciones diplomáticas con Doha sino que también han cerrado sus espacios aéreos y puertos, lo que da pie a una presión económica sin precedentes.

Según el delegado de la Agencia EFE en Túnez, Libia y Argelia y autor de libros como La casa de Saud, Javier Martín, el objetivo de los sauditas es el de "impedir el desarrollo y acceso al poder de grupos vinculados con la ideología de los Hermanos Musulmanes, una doctrina que amenaza y se opone a su propia interpretación herética del Islam: el wahabismo, origen de los movimientos yihadistas actuales", de ahí su participación directa en la guerra de Yemen; su apoyo a dictadores, como Abdelfatah Al Sisi en Egipto, y a grupos armados radicales suníes cercanos a Al Qaeda y al Estado Islámico.

En 2013, el enfrentamiento entre Doha y la dupla Abu Dabi y Riad se hizo más claro por el tema de Egipto. Los sauditas y emiratíes respaldaron el golpe de Estado que sacó del poder a los Hermanos Musulmanes, con Mohamed Mursi a la cabeza, tras la salida Hosni Mubarak. Catar entonces acogió a los islamistas que huyeron del lugar y favoreció al grupo Hermanos Musulmanes.

En marzo de 2014, Arabia Saudita, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha y Riad declaró a los Hermanos Musulmanes como "organización terrorista". En noviembre, no obstante, se firmó el llamado Acuerdo de Riad, una paz temporal que puso fin al altercado. Sin embargo la agencia de noticias catarí, Al Jazeera, de gran arraigo en la región, continuó su apoyo a la mencionada agrupación.

La semana pasada, la agencia estatal catarí, QNA, publicó las declaraciones del emir que criticaban la posición de los países del Golfo contra Irán y hablaba de "tensiones" con Washington, luego el medio culpó de lo sucedido a un ataque informático y negó la veracidad de la nota.

Por otro lado, se debe tomar en cuenta los intereses económicos que tienen entre sí Catar e Irán, este último enemigo acérrimo de Riad. Las razones son muy claras y van por el lado de la religión: el islam está dividido en dos grandes vertientes, sunitas (dos de los principales lugares santos se encuentran en Arabia Saudita) y chiitas (su mayor población se encuentra en Irán). En ese sentido se teme su influencia en las minorías chiitas en Arabia Saudita, Bahréin, Irak, Siria y Líbano, así como su modelo político, república islámica frente a monarquía.

El tema ha tomado además otros matices con la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense. "Los cada vez más evidentes lazos de Arabia Saudita con el yihadismo que actualmente amenaza a Europa y el cambio de la política de Estados Unidos, que con Trump recupera la idea de un Oriente medio polarizado y enfrentado, con Arabia Saudita y sus aliados por un lado y el eje del mal (Siria e Irán) por otro, ha resucitado el enfrentamiento en el Golfo", subrayó Martín.

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