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spanish.china.org.cn | 15. 05. 2017 | Editor:Eva Yu | [A A A] |
Senador Teófilo Torres Corzo
“One Belt, One Road” se ha convertido en un proyecto impulsor de la conexión entre Asia y Eurasia hasta llegar a África. La esencia de la iniciativa es la cooperación económica, su espíritu se basa en la paz, la inclusividad y la cooperación, alcanzando un desarrollo mutuo.
En un contexto internacional, en donde soplan vientos de proteccionismo y donde la economía mundial se caracteriza por la constante incertidumbre, hablar de límites y fronteras, es persistir atados a esquemas anquilosados ante los flujos inmediatos de conectividad en el mundo. Las cosmovisiones de Oriente y Occidente en primera instancia son distintas, pero apostar por crear nexos y dejar de lado las diferencias en aras del desarrollo, es uno de los principios de la globalización que el gobierno actual de China ha querido motivar. Es necesario reformar el pensamiento proteccionista y transformar la idiosincrasia que genera murallas e impulsar la colaboración sin fobias.
En el mensaje del presidente Xi Jinping, en el marco del foro “Una Franja y una Ruta para la Cooperación Internacional”, es claro que China apuesta por la economía abierta, el libre comercio y la globalización, y su rol como potencia económica y política le pone en un lugar preponderante para lograr acuerdos con el resto del mundo, reconociendo que para el desarrollo necesita de las ventajas comparativas que cada país miembro puede aportar, impulsando la infraestructura energética, de transporte, telecomunicaciones y de actividades primarias entre los países que la integran.
La iniciativa tiene el potencial para revolucionar el sistema comercial mundial y para nosotros no pasan desapercibidas las referencias en el mensaje acerca de guardar el reconocimiento de la soberanía de los países miembro, la creación de un sistema justo, equitativo y transparente de comercio internacional, y la eficiente distribución de recursos.
México, además pone particular atención en la propuesta del presidente Xi, no solamente por haber sido uno de los países beneficiados en la vieja Ruta de la Seda, sino porque desde 2016 en el ámbito de comercio bilateral se alcanzó una suma de 74.9 mdd, aunado a que actualmente China es el 2° socio comercial de México y 1° socio en la región de Asia Pacifico. De igual forma, China es el 3° destino de las exportaciones mexicanas y el 2° proveedor de bienes intermedios o de capital en México.
Estamos ante una oportunidad histórica y debemos ser lo suficientemente sagaces para aprovecharla puesto que, de primera instancia, la propuesta defiende y promueve intereses similares a los de México y reconoce que el comercio es el principal motor económico del mundo. Además, China con base en las cifras que presentó, demostró que desde el 2013, hasta ahora los países que han cooperado, han sido sumamente favorecidos económicamente junto con una mejora en flagelos tan difíciles de erradicar como la pobreza y el desempleo.
China es una economía clave en nuestra estrategia para fortalecer los lazos económicos con Asia y la relevancia de dicha economía para México es incuestionable. Cualquier propuesta que tenga el objetivo de construir una agenda de largo plazo, benéfica para ambos países y el mundo, bajo esquemas de beneficios equilibrados, siempre contará con la atención del gobierno de nuestro país y la mejor voluntad para que se concrete.
El autor es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Asia-Pacífico del Senado de México.