Fuente: El Mundo

Dos candidatos se disputarán el próximo 7 de mayo la Presidencia de Francia, pero la división entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen ha quedado marcada no solo por la diferencia ideológica, sino por el apoyo de dos realidades de un país claramente dividido. En el oeste así como en las grandes aglomeraciones, el candidato de ¡En Marcha! resulta vencedor (con la excepción de un par de departamentos en los que Jean-Luc Mélenchon y François Fillon quedan a la cabeza), mientras que la líder de la ultraderecha pinta de azul marino el este del país, con una fuerte distinción entre las zonas rurales y las capitales.Por ejemplo, en el departamento del Norte, Le Pen llega en cabeza con el 28,22% de los votos mientras que en su capital, Lille, obtiene el 13,83%. Y un 12,17% a Estrasburgo frente al 25,70% en el departamento que preside la ciudad, Bajo Rin. Lo mismo sucede con Burdeos, donde el FN consigue tan solo el 7,39% frente al 18,26% total en ese departamento, Gironde, en el que la frontista quedó en tercer lugar por detrás de Macron y Mélenchon. La distancia se repite en otras grandes metrópolis como Toulouse, 10 puntos por debajo del resultado departamental, o Rennes, 7 puntos por debajo. El caso más simbólico quizás sea París, en ruptura total con el resto del país: Emmanuel Macron se lleva el 34,83% de los sufragios, 11 puntos por encima de la media nacional, mientras que Marine Le Pen se queda con el 4,99%, 16,5 puntos por debajo de la media nacional. La recurrente frase "París no es Francia", nunca había resultado tan acertada.