La oposición venezolana salió nuevamente a las calles el sábado en lo que se denominó “marcha del silencio” en honor a las víctimas de la serie de manifestaciones en el país hace 3 semanas. La movilización tuvo un recorrido de 14 kilómetros desde el oeste de Caracas hasta la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana en Montalbán.

Entre los participantes estuvo Lilian Tintori, esposa del líder preso, Leopoldo López y dirigentes contrarios al régimen como el vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, así como organizaciones civiles y chavistas que rechazan a Maduro.

En respuesta a la concentración, Maduro envió al ejército. El acceso a Caracas desde el aeropuerto internacional Simón Bolívar y viceversa quedó bloqueado con unidades militares, así como las entradas por carretera a la ciudad capital. El Palacio de Miraflores, sede del gobierno, y el Fuerte Tiuna, sede del Ministerio de Defensa, así como la residencia de Maduro y su familia, también presentaron un fuerte cordón de seguridad y alambres de púas.

La imagen de la ciudad era desoladora con neumáticos quemados, piedras y palos tirados en las calles, toda una zona de guerra producto de las luchas entre vecinos y grupos paramilitares, llamados “colectivos” chavistas, que ahora llevan pasamontañas negros. Los legisladores opositores culpan al Gobierno de financiarlos mientras que los chavistas Freddy Bernal y el alcalde Jorge Rodríguez acusan a los primeros de incitar la violencia.

Según la ONG Foro Penal Venezolano, los arrestos ascienden a 750 personas desde que se iniciaron las protestas que reclaman elecciones anticipadas, restitución del orden constitucional, respeto a la Asamblea Nacional y un canal humanitario para alimentos y medicinas.

El vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, señaló: “Esta es una marcha por los caídos de la represión, esta movilización es para respaldar a los caídos y su familia, en Montalbán haremos un acto simbólico de oración para recordar a quienes han caído en esta lucha. El cese de la represión depende del dictador y de quienes cumplan las órdenes, de la Guardia Nacional Bolivariana si va seguir siendo manchada de sangre y de ellos mismos si van permitir que los colectivos sigan asesinando venezolanos”.

En tanto el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, declaró a un medio español que en este momento “hay una energía y espíritu que trasciende a la oposición. Ya no es un problema de la oposición. Es el problema de un país entero que tiene una decisión determinada de un cambio”.