En medio de un bosque tropical, en Ecuador, se ubica un hotel muy singular llamado Mashpi Lodge, un proyecto que empezó hace 4 años y que aboga por un turismo ecológico en cooperación con las comunidades locales.

La estructura de $10 millones está compuesta casi en su totalidad de vidrio con el fin de crear espacios simples que prioricen el contacto con la naturaleza. Sin embargo, una noche en sus aposentos puede ascender a cerca de $1.500.

El establecimiento presenta paredes de acero ensambladas en Quito y transportadas al lugar para reducir su impacto en el ecosistema. Además, utiliza luces LED para un menor consumo energético.

El hotel se sitúa en una reserva privada en el Chocó, una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo. El lugar pertenecía a una maderera que quebró al no encontrar materia prima rentable para su negocio, luego pasó al empresario y exalcalde de Quito, Roque Sevilla, quien se encargó de desarrollar el negocio.

La reserva tiene una superficie de 1.200 hectáreas y es uno de los hábitats más diversos del mundo con alrededor de 1.700 especies de aves, más del doble de las existentes en América del Norte.

El lugar no solo constituye una empresa sino también funciona como un centro de investigaciones científicas centradas en animales, agua y plantas.