Una pareja en la ciudad de Shenzhen, en el sur de China, le ha dado una connotación romántica a las bicicletas de alquiler. El domingo, el día de su boda, en vez de la tradicional limosina, el novio se trasladó en una conocida unidad de renta junto a sus padrinos para recoger a su prometida y evadir, de paso, los frecuentes embotellamientos de la zona.
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