El primero de abril China anunció el establecimiento de la Nueva Área de Xiongan, ubicada en la provincia de Hebei, en el norte del país, a más o menos 100 kilómetros al suroeste del centro de Beijing. La zona especial cubre los distritos de Xiongxian, Rongcheng y Anxin, y su objetivo principal es repetir el éxito de sus similares en Shenzhen y Shanghai con la absorción de actividades no vinculadas al capital de Beijing.

Hace 3 años, el presidente chino, Xi Jinping, definió el rol de Beijing como capital nacional: centro político, cultural, de intercambios internacionales y de innovación científica y tecnológica del país. En ese sentido, la metrópolis hace lo posible para remediar sus males urbanos, entre ellos el avance poblacional, el intenso tráfico vehicular, el aumento desmedido de los precios de sus propiedades y la insaciable demanda de recursos.

Diseñada para dar un respiro a la capital y hacerse cargo de sus funciones no vinculadas al capital, aunque todavía no se ha trazado un plan específico al respecto, la Nueva Área de Xiongan tiene igual importancia para la política de reforma y apertura. En otras palabras, el plan tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de zona económica impulsada por el cambio y la innovación.

Según el jefe de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, He Lifeng, Xiongan aspirará a devenir un terreno de alta innovación donde se prueben nuevos modelos administrativos, de inversión y financieros. El respaldo político y económico también se hará presente con grandes proyectos en transporte, ecología, conservación del agua y servicios públicos.

China ha implementado una serie de zonas de nivel estatal en varias provincias y regiones desde el surgimiento de la Nueva Área Pudong de Shanghai en los años 90. Sin embargo, no todas ellas ostentan un registro ejemplar en innovación, y a algunas todavía les falta un largo camino por recorrer para completar una transformación industrial integral, así como una mejora de sus programas informáticos.

En ese contexto, Xiongan deberá ser más selectiva en la gestión de actividades no relacionadas al capital de Beijing, si desea ser el centro subsidiario de la capital. No existe una clara distinción entre funciones con un nexo al capital de aquellas que no lo tienen, por lo que el papel que cumpla Xiongan deberá basarse en el progreso del desarrollo coordinado de la macroregión Beijing-Tianjin-Hebei y en el suministro de recursos de las ciudades aledañas.

La puesta en marcha de Xiogan y la renovación del distrito de Tongzhou en Beijing, como un nuevo centro administrativo subsidiario, serán dos elementos clave del avance coordinado de la región Beijing-Tianjin-Hebei.

Algunas similitudes pueden indicarse entre Xiongan y sus contrapartes. Las áreas estatales como la de Binhai en Tianjin tienen en común la búsqueda de reforma y apertura, industrias emergentes, una red de transporte eficiente y nuevas jurisdicciones urbanas.

Xiongan no es la excepción y se espera que sea uno de los motores que impulse la economía nacional. La transformación en las nuevas áreas precedentes fue orientada hacia la apertura al exterior, lo cual va en línea con la práctica del país en las últimas décadas. El modelo de Xiongan va de la mano de un modelo más apegado hacia la reforma.

Por su parte, la nueva zona deberá aprovechar las oportunidades para mejorar su no tan competitivo sector industrial, en un intento por colaborar con los esfuerzos de integración regional. El permitir a los locales disfrutar de los servicios públicos como el registro de residencia, educación y tratamiento médico de Beijing, es vital para su futuro como una jurisdicción caracterizada por el libre flujo de recursos.