El ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, aseguró hoy que en su país se hacen controles rigurosos que garantizan la calidad de la carne que se vende al exterior e indicó que las investigaciones de la policía, sobre la red que adulteraba la carne antes de ser vendida, no ponen en duda su calidad.

En una videoconferencia ante corresponsales extranjeros, Maggi afirmó que la investigación "no coloca ninguna duda sobre la responsabilidad o calidad de los productos. Lo que está siendo investigado es la conducta de los servidores", comentó.

Maggi dejó claro que el Gobierno está revisando todos los frigoríficos del país y el sistema de fiscalización para encontrar errores en la cadena productiva.

"Estamos repasando todo nuestro sistema y mirando punto por punto para tener seguridad de que lo que ocurrió se refiere a la parte burocrática y no a la parte de salud", comentó.

El responsable de la Agricultura brasileña recordó que de las 4.837 plantas cárnicas que existen en el país, solamente están siendo investigadas 21 y "ninguna por la calidad de sus productos, sino por cuestiones burocráticas de pocos fiscales que ya han sido separados de sus cargos".

Maggi también criticó la actuación de la Policía Federal, a la que acusó de haber exagerado en la operación, causando un daño irreparable al sector.

"Se dijo que se usaban carnes no permitidas en embutidos y no es verdad. Se confundió el posible uso de embalajes de cartón con la posibilidad de que el cartón fuera mezclado con carne y tampoco es verdad, así como es mentira que se usaran sustancias cancerígenas", lamentó.

Al menos 22 países suspendieron las compras de carne brasileña tras la operación policial. El Gobierno ya admitió que Brasil puede perder el 10 por ciento de su mercado cárnico mundial, lo que representaría unas pérdidas de 1.500 millones de dólares anuales.