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spanish.china.org.cn | 24. 03. 2017 | Editor: Lety Du [A A A]

China y Estados Unidos deben limar asperezas

Palabras clave: China y Estados Unidos deben limar asperezas

El presidente Xi Jinping recalcó al secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, que ambas naciones deben mejorar el intercambio en todos los niveles en un reunión el domingo en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.

Poco después de que el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, culminara su visita a China el domingo, el Washington Post declaró que éste le había otorgado a Beijing una victoria diplomática.

El medio criticó al máximo diplomático del país luego de que este describiera las relaciones entre Estados Unidos y China como positivas y construidas en base a la no confrontación, el no conflicto, el mutuo respeto y siempre a la búsqueda de soluciones de beneficio compartido.

Las palabras de Tillerson fueron una sorpresa para el beneplácito de China y la consternación de algunos en Washington. La propuesta de Beijing en 2012 de formar un nuevo tipo de vínculo entre ambas potencias bajo los principios del “no conflicto, no confrontación, mutuo respecto y cooperación de beneficio para ambas partes” buscaba evitar una desastrosa guerra si el actual poder se veía acorralado por la economía emergente.

En su encuentro en California con el presidente Xi Jinping en junio de 2013, el entonces mandatario del país norteamericano, Barack Obama, al parecer aceptó la idea de este nuevo enfoque, pero su administración no lo aplicó y lo interpretó como una manera de China de mantener a Estados Unidos a distancia de sus asuntos internos.

Fue una gran distorsión de la propuesta china que a todas luces evidenció las discrepancias entre los dos países, temas que deben ser resueltos de manera pacífica, con respeto mutuo y por medio del diálogo y no del choque frontal.

Con el rechazo de la posición asiática, el Gobierno de Obama cometió un enorme error en este aspecto. La desconfianza estratégica y la rivalidad entre ambas naciones empeoró durante la era Obama.

La misma mentalidad de no darle el triunfo a China parece que estuvo detrás de la oposición estadounidense al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y el giro en torno a su política en Asia dirigido a mermar la influencia china en la región.

No obstante, el apoyo de Tillerson a la iniciativa china es simplemente un acto que enmienda lo hecho por Obama y, con suerte, su sucesor Donald Trump adoptará la misma postura cuando reciba a Xi en Florida el mes próximo.

Dicho respaldo no significa que uno debe coincidir con el otro en todo. Por ejemplo, ambos apoyan la idea de desnuclearización de la península coreana, pero sus enfoques no son iguales. Mientras Tillerson asegura que todas las opciones, incluidas las militares, están sobre la mesa, China ha hecho un llamado a la calma y al control, así como al diálogo y a la solución a través de canales diplomáticos.

Beijing ha apoyado las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra la República Popular Democrática de Corea por su violación a las pruebas de misiles y nucleares, pero el Gobierno cree en la diplomacia como línea de acción más que en las sanciones.

Similar opinión ostenta el ex secretario de Defensa estadounidense, William Perry, quien visitó Pyongyang para negociar la desnuclearización durante el Gobierno de Clinton. Perry indicó en un artículo el 10 de marzo que Corea del Norte podría aceptar dejar de lado sus pruebas de armas nucleares y misiles de largo alcance así como la venta de su tecnología en dicho campo, si recibe concesiones económicas de su vecino del sur y garantías de seguridad por parte de Washington.

Muchos de los que amenazan con un conflicto en la península no han tomado en cuenta las consecuencias que acarrearía para la región.

Existen muchas diferencias entre China y Estados Unidos, pero siempre y cuando haya la disposición de trabajo bajo los principios de no conflicto, no confrontación, mutuo respeto y cooperación de beneficio mutuo, la probabilidad es mayor de encontrar una solución que estreche los lazos y evite la trampa de Tucídides.

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