Si no estás satisfecho con la forma de tu nariz, échale la culpa al clima, no a tus padres o a tus abuelos. En un estudio publicado este semana por la revista PLOS Genetics, investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania concluyeron que las narices humanas han sido moldeadas, al menos parcialmente, por un proceso de adaptación largo a las condiciones del medio ambiente.

Por lo regular, las narices más grandes son las más comunes en los climas cálidos y en los húmedos, mientras que las narices más angostas son más comunes en los climas fríos y secos, indicó.

Las hallazgos se amparan en las pruebas del tamaño y la formas de las narices de personas con antepasados provenientes del Oeste de Africa, del Sur de Asia, del Este de Asia y del Norte de Europa.

Los investigadores prestaron atención al ancho de las fosas, la distancia entre las fosas, la altura de la nariz, el tabique, la prominencia, la zona externa y la zona de las fosas usando imágenes faciales en 3D.

El estudio mostró que el ancho de las fosas está estrechamente relacionado con la temperatura y la humedad absoluta, y que no es el resultado de un proceso aleatorio conocido como deriva genética.

Un de los propósitos de la nariz es regular el aire que respiramos, para asegurar que esté caliente y húmedo cuando llega a nuestros pulmones, lo que ayuda a prevenir infecciones.

El estudio actual encontró que las fosas estrechas alteran en algunos momentos el flujo del aire, de tal forma que el interior de la nariz, cubierto por mucosa, puede humedecer y calentar el aire con mayor facilidad.

“Probablemente era fundamental tener estos rasgos en climas fríos y secos”, declaró.

“Las personas con las fosas más estrechas probablemente estaban mejor desarrollados y tenían más hijos que las personas con fosas más amplias, en climas más fríos. Esto conduce a un decremento gradual en el ancho de la nariz de las poblaciones que viven más allá del trópico de ecuador”.

La nariz ha tenido una evolución histórica compleja. Los investigadores sospechan que factores adicionales, tales como las preferencias culturales al elegir una pareja, han desempeñado un papel en la forma de la nariz.

Las investigaciones relacionadas a la evolución de la nariz y la adaptación al clima tienen implicaciones médicas y antropológicas.

Los estudios de las adaptaciones humanas son esenciales para nuestro entendimiento de las enfermedades y arroja luz en por qué ciertas condiciones, tales como la anemia drepanocítica, la intolerancia a la lactosa o el cáncer de piel, son más comunes en algunas poblaciones.

Los investigadores enfatizaron en la importancia de investigar si la forma de la nariz y el tamaño de las fosas nasales impacta en el riesgo de las personas de contraer enfermedades respiratorias al momento de vivir en climas que son diferentes al de nuestros ancestros.