Al parecer la residencia oficial del presidente de Brasil, el Palacio de la Alvorada, tendría algunos ocupantes un tanto hostiles. El mandatario Michel Temer y su esposa Marcela decidieron abandonar el inmueble y trasladarse a la vivienda tradicional del vicepresidente del gobierno, debido a las "malas vibraciones" y a los "fantasmas" que hacían insostenible su estadía, según informó el diario británico Daily Mai.

"Me sentí algo extraño allí. Yo no era capaz de dormir desde la primera noche. La energía no era buena. Marcela (su mujer) sintió lo mismo. Sólo a Michelzinho, que se fue corriendo de un extremo al otro, le gustó", señaló Temer en referencia al lugar.

El Palacio de Alvorada, que en portugués significa “Amanecer”, fue diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer y cuenta con una piscina, campo de fútbol, capilla y centro médico, entre otras instalaciones. De acuerdo con el diario Globo, Marcela Temer intentó “limpiar” la residencia de malos espíritus, pero todo fue en vano.

La salida de Temer de la morada presidencial ocurre en momentos en que el país vive nuevamente una grave crisis política, en la que muchos de sus aliados enfrentan acusaciones por corrupción. Incluso él mismo tiene un juicio pendiente en el tribunal electoral por beneficiarse de donaciones ilegales cuando llegó al poder junto a Rousseff en 2014.