China y Pakistán firmaron el 8 de marzo un contrato comercial para la construcción de la planta hidroeléctrica Dasu, lo que constituye el inicio de un proyecto largo por tiempo en espera.

La instalación es uno de los planes energéticos más importantes en el listado del programa Vision 2025 del Organismo de Desarrollo del Agua y la Energía (WAPDA por sus siglas en inglés) desde el 2001. La mayor parte de su construcción estará a cargo del grupo chino Gezhouba y estará ubicada a 350 kilómetros al norte de la capital pakistaní, Islamabad. Una vez concluida, tendrá una capacidad de 12.000 GWh de energía al año, volumen que permitirá la reducción de la escasez energética del país y creará 8.000 puestos de trabajo en el lugar.

Según estadísticas de WAPDA, la planta operará de acuerdo con el ciclo diario del río aledaño. Además se tiene previsto el levantamiento de una represa de concreto de 242 metros de alto y un reservorio de 74 metros de largo. Así también se contará con una central eléctrica de 12 turbinas.

Cuando se trata de infraestructura en Pakistán, las hidroeléctricas siempre tienen un lugar prioritario. La nación gasta anualmente $3.500 millones en combustible importado, necesario para el funcionamiento de las termoeléctricas de 9.000MW. Este desembolso representa el 35% del total de compras en el exterior del país, informó China Energy News.

Fuera del proyecto Dasu, China ha provisto de fondos para la construcción de otras hidroeléctricas en Pakistán. Según informaciones de la agencia de noticias Xinhua, en 2015, el Fondo de la Ruta de la Seda de $40.000 millones puso capital en la empresa china Tres Gargantas Inversiones del Sur de Asia para desarrollar la planta Karot y otros planes de energías limpias en dicha nación.