Durante el 2015 cuando la crisis de los refugiados llegó a niveles insostenibles, la Unión Europea creó un programa de ayuda a los países más afectados por la llegada masiva de personas en busca de asilo. Fue en septiembre de ese mismo año que la foto del niño Aylan Kurdi en una playa provocó la reacción del bloque quien elaboró un Plan de Reubicación para 160.000 refugiados asentados en Grecia e Italia.

Un año y seis meses la Comisión Europea publicó un informe sobre la eficacia de las medidas tomadas en ese entonces. El resultado es pobre. De los 160.000 peticionarios de asilo sólo se ha reubicado a 13.546, es decir el 8,4%.

De los 28 países miembros, solo Malta y Finlandia han cumplido con sus compromisos, mientras que Hungría, Austria y Polonia continúan por la senda del rechazo a la iniciativa. Por su parte, República Checa, Bulgaria, Croacia y Eslovaquia lo han acatado de forma limitada y España solo ha acogido a 851 refugiados, el 5,2% de su cuota.