Después de enviar una misión a Marte en 2020, China planea explorar 3 asteroides y aterrizar en uno de ellos para llevar a cabo investigaciones científicas, según expresó un experto chino en la materia.

El documento blanco, titulado “Las actividades espaciales de China en 2016” y publicado recientemente por la Oficina de Información del Consejo de Estado, incluyó la exploración de asteroides entre los principales objetivos del sector espacial en el próximo lustro.

"La idea es lanzar una sonda al espacio para que vuele junto al asteroide por un tiempo, luego aterrizar en otro para tomar muestras y analizar su superficie”, precisó Ji Jianghui, investigador del Observatorio Montaña Púrpura de la Academia de Ciencias de China.

Hasta el momento, solo Estados Unidos y Japón han realizado estudios similares.

"China enviará la sonda lunar Chang'e-5 al satélite natural y regresará con muestras este año. Si la misión tiene éxito, significa que China, al igual que Japón, será capaz de recolectar muestras de asteroides para estudios en laboratorios de la Tierra”, añadió Ji.

Los científicos darán prioridad a detectar asteroides cercanos a la Tierra para analizar la probabilidad de un choque con el planeta. Asimismo se buscará estudiar la formación y evolución de estas rocas, lo cual podría dar luces sobre los orígenes del sistema solar así como de la vida y el agua en la Tierra. Se planea también que otra nave siga al asteroide “Apophis” para observaciones y el aterrizaje en su par 1996 FG3. El proyecto durará en su conjunto 6 años, conforme con las explicaciones de Ji.

Amenazas espaciales

Descubierto en 2004, “Apophis” mide aproximadamente dos campos de fútbol con un diámetro en su parte más ancha de 394 metros. Las pruebas muestran que se acercará a la Tierra en 2029 a una distancia de solo 30.000 kilómetros, apenas el grosor de un cabello en términos astronómicos, dentro de la órbita lunar e incluso más cerca que algunos satélites artificiales, tan pegado que registrará un record para una roca de su tamaño, luego volverá a pasar en 2036.

Tras su hallazgo, se catalogó como la mayor amenaza para el planeta; sin embargo, posteriores exámenes apuntaron que solo había una posibilidad en un millón que colisionara con la Tierra en 2029.

Los expertos estiman que existen cerca de 300.000 objetos que pululan alrededor de la Tierra con un diámetro de más de 40 metros y solo se conoce el 3% de ellos. Una red de advertencia internacional de asteroides se estableció en diciembre de 2013 para supervisar posibles amenazas.

El Observatorio Montaña Púrpura descubrió tres nuevas rocas cercanas en enero y una de ellas, la 2017 BL3, podría representar un peligro planetario, aseguró Ji. "A fin de enfrentar el riesgo potencial de objetos en las inmediaciones de la Tierra, no solo necesitamos telescopios en el terreno para crear un sistema de control y alarma, sino también naves espaciales que realicen pruebas especiales in situ”, precisó Ji.

El académico agregó que el plan de exploración de China ayudará a los científicos a conocer más estos objetos y a buscar medidas efectivas para lidiar con la posibilidad de un impacto.

Origen de la vida

Algunos estudiosos creen que el asteroide 1996 FG3 podría ocultar el secreto de la vida en el planeta. Hasta el momento, existen dos teorías: Una es que la vida fue concebida en la Tierra misma y la otra que vino del espacio. Se han encontrado numerosos meteoritos con componentes orgánicos relacionados al parecer con el inicio de la vida.

Muchos de ellos también poseen agua y los expertos consideran que el líquido elemento en la Tierra provino de asteroides y cometas.

De hecho el país ya ha realizado observaciones en un meteorito llamado Toutatis. En 2012 la segunda misión lunar del país, Chang'e-2, tras completar satisfactoriamente su tarea, se encontró con el Toutatis a una distancia de 770 metros, en momentos en que la roca pasaba a 7 millones de kilómetros de la Tierra. Se trató del primer vuelo de reconocimiento de un asteroide y como resultado se obtuvieron valiosas imágenes.

Ji y su equipo determinó que el objeto de forma de raíz de jengibre medía 4.750 metros de largo y 1.950 metros de ancho, así también estudió su rotación en el espacio. El análisis reveló además nuevos datos sobre sus características geológicas y sus inicios, básicamente escombros, y que los impactos en su superficie tienen una antigüedad de 1.600 millones de años.