Los heridos, incluyendo policías, farmacéuticos y reporteros, fueron trasladados a hospitales estatales cercanos donde se declaró un estado de emergencia.

Fuentes médicas indicaron que el número de muertes podría elevarse debido a que varios de los lesionados se encuentran en estado crítico.

Varios vehículos, incluyendo una camioneta con conexión satelital de un canal local de televisión, resultaron completamente destruidos por la explosión.

La policía y contingentes del ejército de Pakistán y tropas paramilitares acordonaron el área para investigar.

Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque hasta el momento

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, y el presidente, Mamnoon Hussain, condenaron la explosión y dieron instrucciones a la administración de hospitales para que brinde la mejor atención médica posible a los heridos.

El primer ministro ordenó a altos funcionarios del gobierno de Punjab acudir al sitio de la explosión. También prometió acabar de raíz con la militancia en el país.

El jefe del ejército, Qamar Javed Bajwa, condenó la explosión y expresó pesar por la pérdida de vidas valiosas.

Además, ordenó a las tropas ayudar al gobierno civil a arrestar a los involucrados en el asesinato de personas inocentes.