Puente ferroviario en China Instituto de Reconocimiento y Diseño

El 20 de enero de 2017, Donald Trump se convirtió en el 45to presidente de Estados Unidos, un logro sin precedentes para una persona ajena a Washington. Millones de trabajadores relegados en la economía de hoy en día cifraron sus esperanzas en la promesa de Trump de reactivar el país y con ello la narrativa de Estados Unidos cambió de una extraordinaria a otra de desesperación y declive.

Parte de este oscuro episodio se enfoca en la alicaída infraestructura de Estados Unidos. En su discurso inaugural, Trump indicó que esta lucía deteriorada y en decadencia. Sus alegaciones se basan en datos reales. El reporte de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, publicado cada 4 años, refleja un nivel deplorable. La organización señala que la infraestructura es vital para el crecimiento económico a largo plazo y estima un aproximado de $3,6 billones en inversión para el 2020.

Trump quiere destinar $1 billón al sector a nivel nacional para acelerar el crecimiento e incrementar la productividad pero carece de un plan claro de financiamiento para cumplir con dicha propuesta.

En ese aspecto, China es indiscutiblemente ganadora. “China gasta más en infraestructura económica al año que América del Norte y Europa Occidental en conjunto”, de acuerdo con un estudio del Instituto Global McKinsey. El profesor de Economía de la Universidad de Kingston, Steve Keen, indicó a People’s Daily Online que Trump podría aprender mucho de China en este tema. “Estados Unidos no tiene la capacidad de planificar y llevar a cabo proyectos a gran escala porque se ha perdido la experiencia necesaria para expandir la infraestructura”.

El éxito económico de China es prueba de las ventajas de su sistema, y justamente la infraestructura es una de sus fortalezas. Debido a que el gobierno chino está más involucrado en el desarrollo nacional, sus líderes pueden planificar, financiar e implementar ambiciosos proyectos en un relativamente corto plazo. Debemos tener en cuenta que mientras Trump desea reconstruir las derruidas carreteras y puentes estadounidenses, China está edificando megaciudades con poblaciones mayores al número de habitantes de algunos países, y a menudo registra récords con obras gigantescas. Hace poco, el país asiático concluyó el puente de acero más largo del mundo sobre el río Yangtsé.