El maestro ha visitado China en cuatro ocasiones, la última el 12 de este mes, cuando dirigió, en el Gran Teatro Nacional de Beijing, un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de China (OSNC), con ocasión del Año Nuevo Lunar chino.

Su avanzada edad casi no se nota en el escenario. Los espectadores pudieron observar en el concierto, que repasó varias piezas clásicas como la ópera Carmen, a un músico enérgico, concentrado en la dirección, alternando sin cesar gestos suaves, alegres, rápidos, incluso explosivos.

La Carmen que se escenificó la semana pasada en el Teatro Nacional es una pieza adaptada que preserva la esencia de la original. Serebrier la dedicó a los espectadores chinos en homenaje a la Fiesta de Primavera.

Zhou Hong, subdirector de la OSNC, dijo que en su labor de director Serebrier no suele hablar mucho, pero sabe bien cómo hacer que los músicos entiendan sus intenciones con gestos.

"Su nueva obra es muy buena y útil para popularizar la ópera Carmen, y también sirve de referencia para los compositores chinos".

El señor Li, gerente de proyectos en Taiyuan, capital de la provincia septentrional de Shanxi, viajó a Beijing con su hija de nueve años para presenciar el espectáculo de Serebrier. Al término, afirmó que el concierto había sido maravilloso.

Un genio nacido para la música

Serebrier nació el 3 de diciembre de 1938 en Montevideo, capital de Uruguay, país conocido como la Suiza de América Latina.

Desde pequeño mostró un extraordinario talento musical y empezó a cosechar éxitos y fama. A los nueve años empezó a tocar el violín, a los 11 ya dirigía un grupo escolar. A los 15 compuso una pieza sobre el mito de Fausto en dos semanas con la que ganó un concurso organizado por la Orquesta Nacional de Uruguay. A los 17 completó su primera sinfonía y desde entonces y hasta la fecha ha creado más de 100 obras.

En Estados Unidos obtuvo casi todos los premios nacionales dedicados a compositores, fue nominado en 45 ocasiones a los premios Grammy, que ganó en ocho ocasiones, más una en su edición latina.

A pesar de su avanzada edad, Serebrier afirma que seguirá componiendo, pues para él la música es una herramienta universal, maravillosa para la comunicación entre los diferentes pueblos y "la mayor satisfacción como compositor es ver que la audiencia sonríe cuando termina un concierto".