Los estados brasileños de Amazonas y Roraima (norte) y Río Grande do Norte (noreste) pidieron hoy al Gobierno Federal el envío de militares para actuar en sus prisiones, informó hoy la Presidencia.

La solicitud de los tres estados se hizo un día después de que el Gobierno Fderal anunciara la posibilidad de poner a disposición de los gobernadores las Fuerzas Armadas para intentar controlar el sistema penitenciario, que vive una grave crisis, un plan que fue detallado esta misma mañana por el presidente Michel Temer y el ministro de Defensa, Raul Jungmann.

El Gobierno Federal puso a disposición 1.000 militares para inspeccionar las prisiones del país, para buscar "objetos ilícitos" en las celdas, como armas, drogas o teléfonos móviles, y con ello reducir la criminalidad en los presidios.

La iniciativa, según el ministro, tendrá un presupuesto inicial de diez millones de reales (unos 3,1 millones de dólares).

Los tres estados que pidieron la presencia de militares tuvieron masacres en sus cárceles en estos primeros días del año: en Manaus, capital de Amazonas, al menos 56 presos murieron, en Boa Vista, capital de Roraima, otros 31, mientras que el pasado sábado, otros 26 detenidos fueron asesinados en una prisión en Natal, la capital de Río Grande do Norte.

Desde que comenzó el año, más de 130 presos han sido brutalmente asesinados en el interior de las cárceles de Brasil en enfrentamientos entre bandas criminales rivales, que se suman a los habituales problemas de hacinamiento y las pésimas condiciones del sistema penitenciario.

Los gobernadores de los tres estados, que hoy se entrevistaron con Michel Temer, también pidieron la actuación de las Fuerzas Armadas no solo en las cárceles, también en las fronteras del país, para controlar el tráfico de drogas, que sería el motivo de la disputa entre las facciones rivales en las prisiones.

"La única solución es el Ejército en las fronteras. La situación es de seguridad nacional. Hay una necesidad justificada de manutención de orden y paz. El Ejército en las fronteras es el gran pedido de los gobernadores y que el presidente prometió responder", dijo a la prensa el gobernador de Rondonia (centro-oeste y limítrofe con Bolivia), Confúcio Moura.

"Toda la situación de las cárceles brasileñas, la violencia en Brasil, todo el mundo sabe que viene del tráfico de drogas. Y esa droga entra por nuestros estados", agregó el gobernador.

Brasil tiene unos 15.200 kilómetros de fronteras, en las que hay 710 localidades, según datos oficiales del Gobierno.