¿Apertura o aislamiento? ¿Avance o retroceso? La economía mundial se encuentra actualmente en una disyuntiva y necesita desesperadamente del coraje, sabiduría y responsabilidad de los involucrados para trazar una dirección clara hacia el crecimiento sostenible. La próxima reunión anual 2017 del Fondo Económico Mundial ha captado un gran interés por enfocarse justamente en una gobernanza económica global receptiva, responsable y efectiva.

El presidente Xi Jinping asistirá a la cita y ofrecerá un discurso con los remedios chinos para el padecimiento de la economía mundial. Será la primera vez que un máximo dirigente chino participe en la reunión.

La economía china atraviesa una serie de cambios profundos y sin precedentes. Los conceptos de desarrollo “innovador, ecológico, abierto y compartido” establecidos por el mandatario chino no solo ofrecen soluciones para los principales problemas de la economía nacional, sino también marcan una clara dirección para su avance a largo plazo. La reforma estructural del suministro ha dado lugar a una nueva dinámica de desarrollo y ha elevado la calidad y los efectos de la mejora económica. Los esfuerzos fortalecidos para incentivar transformaciones más profundas, la simplificación de los procedimientos administrativos y la delegación del poder del gobierno central a entidades de menor nivel, junto con un avance impulsado por la innovación, el imperio de la Ley y la lucha contra la corrupción, han contribuido a implementar un sistema de gobierno que asegura un desarrollo económico sostenible y sólido para el país.

La palabra china para “economía” significa “para que la sociedad prospere y beneficie al pueblo”, un objetivo de gobierno defendido por los sabios chinos en tiempos ancestrales. Es también un concepto vital de gobernanza de gran arraigo en el seno del Partido Comunista de China. En los primeros tres trimestres de 2016, la economía china creció 6,7% en una base anual, y su ingreso disponible per cápita registro un ascenso del 6,3%. De enero a noviembre de este año, China creó 12,49 millones de nuevos puestos de trabajo en ciudades y poblados, y sacó de la pobreza a más de 10 millones de personas, elevando de esta manera el sentido de bienestar y satisfacción del pueblo chino. Dado el estancamiento de la economía mundial, no ha sido fácil para la nación asiática alcanzar dichas metas.

Recientemente, se ha logrado un enorme progreso en lo que se refiere a infraestructura, como la extensión de las vías ferroviarias Qinghai- Meseta del Tíbet, la construcción de una red integral de carreteras a lo largo y ancho del país, la edificación de la represa de las Tres Gargantas y múltiples puertos que ofrecen la anhelada salida al océano. China ha establecido además un conjunto de sectores industriales y ha logrado una abundante cosecha agraria para muchos años. Al mismo tiempo ha dado pasos gigantes en el desarrollo aeroespacial y en la mejora de sus capacidades de defensa nacional.

Mientras seguía este proceso, China ha contribuido también con el crecimiento económico global. Según un estimado del Fondo Monetario Internacional, Beijing aportó el 39% del avance mundial en 2016, esto es un aumento de 14,2 puntos porcentuales con respecto al 2015. La undécima Cumbre del G20 celebrada en Hangzhou, provincia china de Zhejiang, en septiembre destacó una vez más los incansables esfuerzos del país para un avance global fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo. El pueblo chino ya no espera reconstruir la “Gran Muralla”, por el contrario centra su atención en promover la Ruta de la Seda. La consulta, construcción y beneficios conjuntos, conceptos clave de la iniciativa de la Franja y la Ruta han ganado el amplio apoyo de la comunidad internacional.

China es el mayor país en vías de desarrollo y ostenta una economía enorme; sin embargo, su desarrollo es todavía desigual. Su actual transformación económica lidia con numerosas dificultades y desafíos, pero también con ventajas únicas y condiciones favorables. Con un liderazgo fuerte y popular, una población de 1.300 millones de personas que creen en un sueño y en el trabajo arduo; una sociedad estable, armoniosa y vigorosa; con políticas que alientan la innovación y la creatividad; con un mercado nacional caracterizado por una robusta demanda, llena de potencial; un entorno empresarial abierto, solidario y de beneficio mutuo, no es para nada ligero afirmar que la economía china continuará avanzando.

Panorama para el 2017

Se espera que China tenga buenas perspectivas económicas para el 2017. La convención para el décimo noveno Congreso Nacional del Partido Comunista de China a celebrarse este año formulará e implementará importantes medidas políticas, que traerán consigo posibilidades positivas y estables para el mercado y la sociedad. La globalización económica y la liberalización comercial seguirán siendo la tendencia general de la economía mundial. China será la sede de una cumbre de cooperación internacional sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta y de la novena reunión de líderes de los países BRICS, como parte de sus esfuerzos para impulsar el establecimiento de una economía global innovadora, abierta, interactiva e inclusiva. Todo esto significa que China inyectará “dividendos chinos” llenos de esperanza en 2017.

En su discurso por el Año Nuevo, el presidente Xi Jinping enfatizó que el pueblo chino ha creído por mucho tiempo que el “mundo es una mancomunidad”. El pueblo chino no solo aspira a una mejor vida para él mismo sino también para el resto del mundo.

La presencia de Xi Jinping en el Foro de Davos facilitará inevitablemente la labor del país con otras naciones en lo que se refiere a la promoción de una comunidad con un destino compartido y a la recuperación de la economía del planeta, para que los frutos del desarrollo beneficien a todas las personas en cada uno de los países.