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spanish.china.org.cn | 11. 01. 2017 | Editor: Juan Ma | [A A A] |
El científico cubano, Pedro Antonio Valdes-Sosa, ha hecho de Chengdu, ubicado en la provincia de Sichuan, su hogar. Su vida transcurre sin problemas junto a su perra, a quien encontró en la calle y rescató. El animal lo acompaña cada día a su centro laboral.
El isleño de 66 años, subdirector general de investigación del Centro Cubano de Neurociencias, es uno de los expertos extranjeros que llegó a China gracias al plan nacional estratégico. Junto a su esposa, María Luisa Bringas-Vega, también científica, viven ahora en la ciudad de Chengdu.
El objetivo de Valdes-Sosa es que centros médicos de calidad estén al alcance de todos a fin de alentar a la población a controlar su salud y su mente. Actualmente, se dedica a convertir monitores cerebrales y escáner en aparatos portátiles.
Fuera de su trabajo, el académico también se relaja. Rescató a una perra callejera a la cual llamó posteriormente “Niña” y, desde entonces, la lleva consigo a su centro laboral todos los días.
Valdes-Sosa se ha acostumbrado a la vida en Chengdu y se siente cada vez más como un local. Por ejemplo, ha desarrollado un gusto por el Huo guo (una olla hirviente donde se cocinan diferentes verduras y carnes) o el mah-jong, incluso se considera un maestro en este juego de mesa.
Al mismo tiempo, apoya la construcción de dos laboratorios conjuntos entre China y Cuba y profundiza la cooperación entre Chengdu y la isla en temas de bioingeniería y farmacéutica. Su labor se enfoca en las enfermedades de Alzheimer y la demencia. Sin embargo, más que nada, lo que busca es que dichas dolencias puedan ser detectadas y erradicadas antes de su desarrollo e interferencia en la salud de las personas. El experto centroamericano expresó además su deseo de cultivar más talentos en China.