“Me era una lástima que, dentro del caleidoscopio que es esta ciudad, lo nuestro, lo tradicional y lo más nativo de esta tierra se hubiera presentado mejor”, me contó Liu Lin, panadera y pastelera joven de edad pero una veterana en experiencia profesional.
“Por ejemplo, lo más simple y básico, como el mantou”, dijo Lin sin parar los movimientos de amasar de sus manos fuertes.
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