El Polo Norte registra una acelerada reducción de su capa de hielo debido al aumento de la temperatura. La flora y fauna del lugar no se adaptan a los bruscos cambios y las poblaciones autóctonas sufren las consecuencias.

El deshielo ha facilitado el acceso a este complicado océano, por lo general provisto de de icebergs, lo que ha generado la explotación masiva de sus recursos naturales, sobre todo de petróleo y gas.

Pese a que la situación favorece la economía de los países del Círculo Polar Ártico, los expertos apuntan a que es necesario frenar el cambio climático en una región excepcional. El Ártico es esencial en la regulación y el intercambio de temperaturas con otros océanos de latitudes más bajas que confluyen en él.

Según Leopoldo García Sancho, biólogo y profesor del departamento de Biología Vegetal II de la UCM, los mares mientras más fríos son, tienen más oxígeno, CO2, plancton y otros nutrientes.

El cambio climático está provocando alteraciones en el ecosistema ártico en tan solo unas décadas, cuando lo habitual son siglos o milenios. Esta situación limita las posibilidades de migración y adaptación de las especies y muchas podrían extinguirse, advierten los científicos.

La pérdida de hielo no solo afecta a la proliferación de algas, base de la cadena alimenticia, sino también causa el retiro de la tundra herbácea mientras que la vegetación de arbustos de latitudes inferiores, avanza. Esta última absorbe la radiación y da pie al incremento de la temperatura, explicó el biólogo.