Por su parte, el entrenador del equipo japones, Masatada Ishii, criticó al árbitro que pitó la final del Mundial de Clubes y lamentó su falta de "valentía" por no expulsar al jugador Sergio Ramos del Real Madrid.
Ramos intervino en una jugada conflictiva que llegó poco antes del final de los 90 minutos reglamentarios del partido, con empate a dos goles.
Se produjo cuando el defensa "blanco" cometió una falta y el árbitro se echó la mano al bolsillo para mostrarle la tarjeta amarilla (la segunda), que hubiese supuesto la expulsión del capitán del equipo español.
En caso de la expulsión, el Real Madrid hubiese disputado la prórroga en inferioridad numérica.
Ishii destacó sin embargo que su equipo "no se la puso fácil al Real Madrid y la diferencia no fue grande".
"La final se decidió por pequeños detalles, por eso da más pena", dijo, al resaltar que el torneo que ha hecho su equipo debe servir para "mostrar el desarrollo del fútbol japonés".
El entrenador del Kashima Antlers expresó además su deseo de "volver el año que viene al Mundial de Clubes como campeones asiáticos".
En tanto, el técnico del equipo español, Zinedine Zidane, señalo al final del partido: "No ha sido fácil, para conseguir esto hay que sufrir y lo hemos visto hoy. Pero lo bueno de este equipo es que no se rinde".
Con la victoria de este domingo, el Real Madrid escaló otra cima importante con Zidane en su primer año como entrenador y tuvo que emplearse a fondo para superar la insistencia, sacrificio y buen armado físico del conjunto nipón.
Este año con Zidane al frente del Real Madrid, fue un año en el que el equipo se habituó a crear tensión en sus partidos, al borde del precipicio, como ocurrió cuando ganó la Liga de Campeones de Europa con prórroga y penales.
Luego ganó la Supercopa con prórroga y este domingo triunfó en un partido que también se prolongó por más tiempo. El Real Madrid ya vuela a España.
|