El caso de Yang fue clasificado como uno de los cinco principales casos de captura y extradición de fugitivos entre China y Estados Unidos en diciembre de 2014, problema para el cual ambos países habían designado personal para gestionar los casos.

Los activos de Yang fueron congelados o confiscados de acuerdo con la ley, según la CCCD.

La actitud de Yang hacia su retorno a China había experimentado drásticos cambios desde que dejó el país asiático.

La CCCD indicó que Yang insistía al principio que no regresaría a China antes de morir, pero moderó su postura y finalmente retiró su solicitud de asilo y se entregó voluntariamente a la justicia china.

El retorno de Yang evidencia la resolución de la autoridad central en la lucha contra la corrupción, apuntó la CCCD, que ha pedido a los fugitivos que abandonen sus ilusiones y se entreguen tan pronto como sea posible.