Hay crecientes temores de que una sonda europea que intentó aterrizar en Marte el miércoles se haya perdido.

El seguimiento de las señales de radio del robot Schiaparelli fue interrumpido menos de un minuto antes de su esperado aterrizaje en la superficie del planeta rojo.

Los satélites en Marte han tratado de arrojar luz sobre el estado de la sonda, hasta ahora sin éxito.

Un satélite estadounidense incluso llamó a Schiaparelli para tratar de conseguir que respondiera.

El miedo es de que el robot se haya estrellado y ha destruido. La Agencia Espacial Europea, sin embargo, está muy lejos de admitir formalmente ese resultado.

Los ingenieros va a investigar a través de "árboles de fallos" tratando de averiguar por qué se perdió la comunicación y lo que pueden hacer a continuación para recuperar el control.

Este enfoque bien podría durar varios días.

Una idea clave vendrá de la "nave nodriza" de Schiaparelli, la Trace Gas Orbiter (TGO).

Como Schiaparelli se dirigía hacia la superficie, el TGO se estaba poniendo en órbita estacionaria alrededor de Marte. Pero también estaba recibiendo telemetría desde el robot en su descenso.

Esa telemetría ahora podría contener pistas vitales acerca de lo sucedido en el minuto crucial antes de la toma de contacto que se esperaba.

Los expertos de la ESA y los de las industrias que construyeron la Schiaparelli examinarán los datos de enlace descendente durante la noche. Se llevará a cabo una conferencia de prensa a las 10,00, hora local, del jueves.

Paolo Ferri, el jefe de operaciones de la misión en el centro de control de la ESA en Darmstadt, Alemania, dijo a la prensa: "La gente va a pasar la noche mirando estos datos. Estoy bastante seguro de que esta telemetría nos dirá qué acción fue interrumpida cuando perdimos el contacto. Yo diría que tenemos una muy buena oportunidad mañana por la mañana o bien de saber por qué se perdió el módulo de aterrizaje o de saber qué acciones podemos llevar a cabo para recuperarlo".

Si el estado de ánimo que rodea al destino de la Schiaparelli es sombrío, hay al menos alegría en el desempeño de la TGO de entrar en su órbita justo encima de Marte.

Este satélite es realmente la parte clave de la misión formalmente llamada ExoMars 2016, un esfuerzo conjunto con la agencia espacial rusa (Roscosmos). La TGO va a pasar los próximos años estudiando el comportamiento de gases como el metano, el vapor de agua y el dióxido de nitrógeno en la atmósfera del planeta rojo.

Aunque están presentes sólo en pequeñas cantidades, estos componentes – el metano en particular - contienen pistas sobre el estado actual de la actividad de Marte. Incluso pueden hacer alusión a la existencia de vida en el planeta hoy en día.

El aterrizaje en Marte tiene siempre una perspectiva desalentadora.

La Schiaparelli tenía un escudo térmico, un paracaídas y cohetes propulsores para frenar su aproximación a la superficie.

Si el robot se confirma más tarde como perdido, será claramente un duro golpe para la ESA, que sufrió la decepción del fracaso del Beagle-2 en el módulo de aterrizaje en Marte en 2003.

Sin embargo, los funcionarios aquí han subrayado el hecho de que Schiaparelli siempre fue visto dentro de la agencia como una demostración de tecnología, un proyecto para dotar a Europa de la experiencia de aprendizaje y la confianza para seguir adelante y conseguir un más ambicioso rover de seis ruedas en Marte en 2021.

"Esto es típico de una prueba", dijo el profesor Ene Woerner, director general de la ESA. "Hicimos esto con el fin de obtener datos sobre la forma de aterrizar en Marte con tecnología europea. Por lo tanto, todos los datos que se consigan esta noche serán utilizados para entender cómo manejar el siguiente aterrizaje cuando vayamos con el vehículo".

Se espera que este futuro vehículo utilice en parte la misma tecnología que la Schiaparelli, incluyendo su radar doppler para detectar la distancia a la superficie en el descenso, y sus algoritmos de guiado, navegación y control.

En lo que concierne a los comentaristas, el presupuesto para el rover todavía no es seguro. Si la Schiaparelli está, en efecto, perdida, los funcionarios de la ESA tendrán que trabajar más para explicar a los estados miembro el motivo por el cual merece la pena hacer una inversión adicional.