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spanish.china.org.cn | 18. 10. 2016 | Editor: Lety Du [A A A]

China, India, BRICS: buenos vecinos, buenos amigos y mejores socios

Palabras clave: China, India, BRICS

Por Mauricio Castellanos

 

Actuar desde la opulencia parece ser fácil. Es posible que desde allí todo se vea pequeño, débil, pobre; es posible que brinde una sensación de superioridad. Debe, también, crear costumbre, porque incluso quienes ya no están allí, tienden a seguir tratando a los demás como si fueran pequeños, débiles, pobres, como si fueran inferiores.

Es algo que podemos ver frecuentemente en la forma en que las grandes potencias tratan a los países menos desarrollados, eso si utilizamos el término “potencia” en su acepción tradicional, que parece estar cada vez más en desuso, a causa de la persistente crisis en la que precisamente una de esas potencias sumió al mundo, y de los esfuerzos de esos países por alcanzar ese desarrollo que, ya tienen claro, no es propiedad exclusiva de aquéllas.

Un claro ejemplo es la subvaloración que algunos países desarrollados, y sus medios, insisten en hacer de los logros del grupo BRICS, y en general de la comunidad de naciones cuyos intereses éste representa. Las dificultades, innegables, que atraviesa el bloque, no difieren en mucho de las que padece el resto del planeta, pero las potencias no dudan en ignorar los efectos que ellas mismas están sufriendo, y en cambio se regodean en la desgracia ajena.

Afortunadamente, el trabajador laborioso no se queda escuchando las burlas ni las críticas, sino que sigue trabajando concentrado en busca de sus objetivos. Eso es lo que, a pesar de las intensas críticas en su contra, han hecho Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, cuyas economías, si bien no atraviesan su mejor momento, no han dejado de ser parte fundamental del motor que impulsa el desarrollo en un mundo aún en crisis, como lo demuestran los casi 17.000 millones de dólares que aportaron al PIB global en 2015.

Como una prueba adicional de que lo que les ocupa por ahora es superar las dificultades, el grupo acaba de celebrar en el estado indio de Goa la octava edición de su cumbre, en la que los máximos líderes de los cinco países trabajaron para afinar e integrar los mecanismos de cooperación ya existentes, diseñar los que son considerados necesarios de cara a la situación actual, garantizar la implementación de las decisiones adoptadas en cumbres anteriores y fortalecer la cooperación, especialmente en lo que toca al comercio. La idea es que aquellos cuya situación económica es más saludable, les den la mano a los que atraviesan momentos difíciles, de modo que el grupo recupere su fortaleza. Buenos amigos en las buenas, y mejores aún en las malas.

Los jefes de Estado y de gobierno del BRICS también utilizaron la cumbre para reafirmar su llamado a luchar contra el proteccionismo, el cual es en buena medida responsable de la pérdida de velocidad en el ritmo de crecimiento de sus economías y las de muchos otros países en desarrollo, y renovaron además su compromiso de trabajar por el establecimiento de un nuevo orden mundial con una economía abierta, justa e incluyente.

Aprovechando su presencia en India, después de estar en Cambodia y Bangladesh, el presidente chino, Xi Jinping, realiza una visita oficial, invitado por el primer ministro, Narendra Modi. Habiéndose reunido con él hace apenas poco más de un mes, en el marco de la Cumbre del G-20 celebrada en Hangzhou, Xi demuestra que las relaciones entre los dos países pueden conducirse armoniosamente a pesar de las inevitables diferencias derivadas de sus milenarias historias y sus numerosas poblaciones. Justamente en ese encuentro, los dos líderes acordaron conducir la relación “en la dirección correcta”, comprometiéndose a “respetar y acomodarse” a las preocupaciones del otro.

Ejemplos de que los dos vecinos confían cada vez más el uno en el otro incluyen la membresía de India en la Organización de Cooperación de Shanghai y su calidad de socio-fundador del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, una iniciativa china. Asimismo, es de destacar que al frente del Nuevo Banco de Desarrollo, el banco del grupo BRICS, cuya sede se encuentra en Shanghai, está K.V. Kamath, un experimentado banquero indio. Más aún, hoy en día China es ya el principal socio comercial de India (En 2014-2015, el intercambio comercial bilateral bordeó los 72.350 millones de dólares).

Con el desarrollo y la riqueza no tienen por qué llegar la opulencia y la soberbia, sí en cambio la madurez y la sensatez. A medida que sus economías, precisamente las dos de más rápido crecimiento, siguen marcando el paso de todo el mundo y aportando de forma decisiva a la recuperación (en 2015 China creció 6,9% e India 7,6%), los dos países siguen acomodándose y dando muestras cada vez más claras de que sus intereses comunes superan con creces sus diferencias.

Y, adoptando el papel que una verdadera potencia debe tener, los dos evitan limitarse mezquinamente a sus propios intereses, y, en escenarios como el G-20 y el grupo BRICS, hacen el mejor uso de su creciente influencia para defender la causa de las naciones que, siguiendo su huella, avanzan hacia el desarrollo. De la mano de China e India, la opinión de esos países, en los que vive más del 80 por ciento de la población del planeta, y que aportan más del 40 por ciento de su Producto Interno Bruto, es tenida cada vez más en cuenta por esas potencias de antaño que estaban acostumbradas a menospreciarlos desde su hoy maltrecha opulencia.

El fortalecimiento de las relaciones sino-indias y la constancia de los países BRICS para conseguir el establecimiento de un sistema de gobernanza igualitario que garantice el crecimiento global y el desarrollo sostenible, son un ejemplo de que la dirección que está tomando el mundo al alejarse del aislamiento y apostarle a la integración, es la correcta.

 

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