Por Juan Carlos Moreira

Entre el legado de Don Benito Juárez, el benemérito de las Américas, destaca un consejo de cáracter imperecedero: el respeto al derecho ajeno es la paz. El presidente de China, Xi Jinping, acaba de demostrar con creces su nítida visión de estadista y ciudadano global del siglo XXI, al establecer este principio como premisa en su reciente gira de cinco días por los países vecinos del sudeste Asiático y en los temas tratados durante la VIII cumbre de los BRICS celebrada en Goa, India.

Las visitas del presidente Xi desempeñan un papel clave en los esfuerzos diplomáticos de China en Asia, como núcleo esencial dentro del plan de acción para establecer "un nuevo tipo de relaciones internacionales" basada en "una comunidad de destino común", sin injerencias entre naciones ni contiendas bélicas.

De hecho, China ha expresado en múltiples ocasiones que todos los países vecinos son bienvenidos a bordo del denominado "tren del desarrollo". Por otra parte, China también ha promovido con gran coherencia y acierto la integración regional, impulsando un mayor dinamismo en su relación con los organismos multilaterales de la región como ASEAN y el mecanismo de reciente creación “Cooperación Lancang-Mekong”, que busca elevar aún más la cooperación existente con Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia y Vietnam.

La visita a Cambodia fue una buena oportunidad para perfilar la cooperación pragmática y alineará las respectivas estrategias de desarrollo. Cambodia, como país en recuperación y desarrollo, víctima de una cruenta guerra civil de profundas cicatrices, comprende que China, como segunda económía del mundo, es un aliado indispensable para la cooperación y la implementación de iniciativas económicas en su territorio que atraigan la inversión y permitan aumentar la producción fabril y el combate contra el alto nivel de desempleo que padecen los cambodianos.

Hun Sen, primer ministro de Camboya, coincidió con el presidente Xi en que las dos naciones deben seguir siendo "amigos muy confiables, socios leales y una comunidad de destino compartido en las buenas y en las malas".

Se acordó promover la Iniciativa “Un cinturón, una ruta”Franja y la Ruta, que ya exhibe en los países de Europa Oriental. Los 31 acuerdos firmados abarcan la cooperación técnica y económica, colaboración marítima, medios, inspección, salud, desarrollo de irrigación, construcción de infraestructuras, recursos hídricos, industria, seguridad, tráfico humano, desarrollo de aeropuertos, electricidad y exportaciones de arroz.

La visita del presidente Xi a Bangladesh es la primera realizada por un jefe de Estado chino en los últimos 30 años. Durante las conversaciones con la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, se acordó elevar los lazos bilaterales al nivel de asociación estratégica de cooperación. Sin dudas, ambos países han demostrado coincidencia de derroteros camino al desarrollo, aunque en diferentes fases. Mientras China lucha por alcanzar sus "dos objetivos centenarios": la construcción de una sociedad modestamente acomodada para el 2021 y convertir al país en un estado socialista moderno, próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso para el 2049, Bangladesh persigue el sueño "Sonar Bangla", que busca la fortaleza y prosperidad nacional. Por ello, “Un cinturón, una ruta” se vincula directamente con el aumento de capacidad industrial y el volumen de cooperación en materia de comercio exterior que necesita Bangladesh para crecer su PIB, ya que “Un cinturón, una ruta” incluye a más de 60 países y regiones, lo que significa alrededor de 4.400 millones de personas en todo el mundo. Además, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), propuesto por China, ha aprobado 165 millones de dólares en préstamos acometer proyectos en Bangladesh.

En Goa, India, Xi participó de la cumbre de los BRICS. Entre las aportaciones que China ha hecho a los BRICS destaca su esfuerzo por implementarla como una importante plataforma de gobernanza global caracterizada por el respeto mutuo, la búsqueda de consenso a través de consultas y el equilibro entre la diversidad, para que siempre prime la unidad, proponiendo nuevos modelos para la construcción de nuevos tipos de relaciones internacionales representativas del siglo XXI.

El líder chino también planteó una propuesta de cinco puntos para que los países BRICS se mantengan unidos y organizados: construir un mundo abierto, trazar una visión de desarrollo compartido, hacer frente a los desafíos mundiales más apremiantes, salvaguardar la justicia en la comunidad internacional y profundizar las asociaciones dentro del bloque.

A pesar de actualmente "el entorno externo es complicado y severo", como bien indicó Xi, un vecindario sólido y estable se traduce en beneficios reales para todos los inquilinos. Los resultados de la visita del presidente Xi a Cambodia, Bangladesh y a la cumbre BRICS ya están en marcha, gracias a que la atención priorizada de China a la buena vecindad se ha convertido en esencial para sus relaciones exteriores.

El aplauso unánime para la construcción del Corredor Económico Bangladesh-China-India-Myanmar y la implementación de “Un cinturón, una ruta” para beneficio compartido con los países del sudeste asiático son pruebas irrefutables del éxito de la gira del presidente Xi.