Por LIZ VARGAS

 

El año 2016 es clave para los países miembros del BRICS. En un contexto mundial de incertidumbre el nuevo Banco de Desarrollo ha iniciado la financiación de proyectos energéticos y de transporte. El grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica ha establecido sus sólidas bases. Analistas coinciden en señalar que la inclusión de la moneda china, el yuan o renminbi (RMB), en la cesta de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) el 1 de octubre de 2016, es un acontecimiento sin precedentes con el que mejorará la credibilidad internacional de la moneda china, beneficiando a países y empresas que tienen negocios con el mayor país de Asia.

Tras una investigación del FMI ha salido a la luz recientemente que un total de 38 países cuentan con activos en RMB en la actualidad. La moneda china se ha convertido en la segunda mayor para el financiamiento del comercio, la quinta para el pago internacional y la séptima moneda de reserva en el mundo. El yuan es la única moneda de los mercados emergentes en la DEG lo que ayudará al defectuoso sistema de divisas internacional, monopolizado por el dólar estadounidense a avanzar hacia una dirección multipolar. Igualmente vale destacar el creciente número de empresas australianas que usan el renminbi para negociar con China.

De histórica se ha calificado la visita del presidente chino, Xi Jinping a Camboya. Vale destacar la estrecha cooperación económica entre los dos países, especialmente bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en la que muchas empresas chinas han invertido en ecoturismo, diques de energía eléctrica y zonas económicas especiales. Siete plantas hidroeléctricas chinas en Camboya, de las cuales seis están en funcionamiento y la séptima en construcción validad el apoyo al desarrollo de ese país.

31 documentos de cooperación se han firmado en esta visita en sectores tan importantes como economía, tecnología, infraestructura, combate al tráfico de personas y cooperación fiscal y marítima, entre otros. La promesa China de invertir más con Camboya en energía, telecomunicaciones, agricultura, industria y turismo es parte del futuro amistoso entre ambas naciones. Otro de los temas importantes tratados fue la situación del Mar Meridional de China. Las partes coincidieron en que no es un problema entre China y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ANSEA) y que debe ser resuelto de forma pacífica a través de consultas y negociaciones amistosas entre los Estados soberanos directamente involucrados. Camboya es uno de los miembros clave de la ANSEA.

Ante el nuevo orden internacional y regional, acordaron mejorar la comunicación estratégica, profundizar la cooperación de beneficio mutuo y enriquecer de forma constante su asociación estratégica integral con el fin de servir mejor a sus respectivos pueblos y de contribuir a la paz, la estabilidad y la prosperidad de la región y del mundo en general. Las autoridades del ministerio de comercio de China anunciaron que el comercio total entre China y Camboya sumó 4.430 millones de dólares en 2015, un crecimiento anual del 17,95 por ciento. Precisamente una compañía china ha construido en Camboya una de las fábricas de procesamiento de azúcar más grandes de Asia, la que creará miles de nuevos puestos de trabajo e impulsará la economía del país. El primer ministro de Camboya, Hun Sen, inauguró las instalaciones.

Todas estas buenas noticias acompañan a la octava cumbre del BRICS en la ciudad india de Goa a la que asiste el presidente chino, Xi Jinping. “Los miembros del BRICS deben insistir en que cada país elija su senda de desarrollo de acuerdo con sus condiciones nacionales y oponerse con resolución a la interferencia de fuerzas externas en sus asuntos internos”, dijo Xi durante la Cumbre del G20 que tuvo por sede a la ciudad china de Hangzhou el pasado mes de septiembre. Hizo un llamamiento al incremento de la cooperación en los campos de la lucha contra el terrorismo, el espacio exterior, la seguridad energética y la ciberseguridad bajo el marco del BRICS.

Analistas coinciden en señalar que en la escasa recuperación de la economía mundial, China y la India deben asociarse para renunciar al proteccionismo comercial y realizar esfuerzos substanciales para poner en orden la economía global durante y después de la cumbre. China ha mostrado su interés en acercarse a la India con la visita de su canciller Wang Yi en agosto pasado. “Los intereses comunes entre ambas naciones superan por mucho sus diferencias y la necesidad de cooperación supera por mucho la competencia”, dijo Wang. Explicó que China siempre da la bienvenida al desarrollo y crecimiento de la India y que apoya que el papel más positivo de ese país en los asuntos regionales e internacionales. “El desarrollo tanto de China como de la India es conducente a un mejor equilibrio y estabilidad de las potencias mundiales”, aseguró Wang.

El máximo líder chino participa en la octava cumbre de los BRICS hasta el 17 de octubre en la ciudad india de Panaji, capital del estado de Goa, invitado por el primer ministro de esa nación, Narendra Modi. Las alternativas para facilitar el comercio entre sus miembros, una mayor cooperación en las áreas de investigación agrícola y medioambiente, así como asuntos relativos al Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Reservas, organismos financieros alternativos creados por el foro serán algunos de los temas más importantes a analizar en el evento.

Constituido en 2011 los países miembros del BRICS juntos, suman el 53% de la población mundial y 16 billones de dólares de PIB. Su influencia económica y política tiene la clara intención de hacer frente a la gestión de los asuntos mundiales liderada por Occidente. La decisión de todos los países miembros de avanzar juntos podría mover el centro del mundo hacia los países en vías de desarrollo. La visión de futuro de los líderes políticos presentes en la cumbre de Goa es trascendente para el provenir de la humanidad. Por estos días el mundo se concentra en los asuntos y encuentros que tienen lugar allí.