Pese a que todavía no se ha producido ningún cambio real en la situación interna de Cuba, la Unión Europea ha definido la dirección de su política hacia el régimen de la isla, concluyendo el proceso de negociaciones del primer acuerdo de cooperación bilateral. La responsable de la política exterior comunitaria, la vicepresidenta de la Comisión Federica Mogherini, anunció este jueves el envío de la propuesta para su aprobación por los países miembros, lo que a su vez supondrá la abolición automática de la llamada “Posición común”.

La iniciativa de 1996, promovida por el gobierno español presidido en ese entonces por José María Aznar, respondía a una serie de detenciones de disidentes políticos y defensores de la democracia. La referida “Posición común” condiciona el desarrollo de las relaciones diplomáticas a los avances democráticos y al respeto de los Derechos Humanos en Cuba. Inicialmente La Habana exigió su derogación antes de firmar el acuerdo, pero según fuentes diplomáticas a propuesta del actual canciller español, José Manuel García Margallo, se aceptó que ambos hechos fueran simultáneos.

Mogherini se reunió en Nueva York con el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, y acordaron que este último viajara a Europa para la rúbrica del convenio, cuyo contenido no se ha hecho público, aunque según personas allegadas se trataría del “modelo estándar” que el bloque europeo suscribe con la mayoría de terceros países.