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spanish.china.org.cn | 07. 09. 2016 | Editor: Elena Yang | [A A A] |
La ambición de China de avanzar la reforma y mantener un crecimiento medio-alto ha inyectado esperanza y estabilidad en la economía mundial, han destacado varios expertos consultados por Xinhua.
En la ceremonia de inauguración de la cumbre de negocios conocida como B20 en Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, aseguró a los líderes empresariales mundiales que China puede lograr un crecimiento fuerte y no dar la espalda a la reforma estructural y apertura.
Xi indicó a los líderes empresariales que China tiene la confianza y la habilidad de mantener un crecimiento medio-alto y proporcionar oportunidades de desarrollo al mundo al tiempo que asegura su propio desarrollo.
Las observaciones de Xi ratificaron al mundo que China tiene la confianza de mantener un crecimiento fuerte a través del avance de la reforma, lo que contribuirá más al crecimiento económico mundial, apuntó Jia Jinjing, un investigador del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad del Pueblo de China.
El rápido crecimiento en las últimas décadas ha dejado a China como la segunda mayor economía del mundo, beneficiando no sólo al país asiático, sino a otros a lo largo del mundo.
A pesar de ello, el modelo dirigido por las exportaciones y la inversión que antaño impulsó el desarrollo ha alcanzado sus límites. Los problemas emergentes como la sobrecapacidad industrial, los altos niveles de deuda, la polución y la floja demanda global, pesan en el crecimiento.
Consciente del cuello de botella en el viejo modelo de desarrollo, China está virando hacia un modelo dirigido por la innovación caracterizado por una economía ecológica, apertura y el compartir, todo lo cual es un fuerte apoyo y garantía para un buen crecimiento, explicó Zhang Zhanbin, experto de la Academia China de Gobernanza.
De hecho, en vez de hacer cualquier estímulo radical, China ha decidido optar por una reforma estructural del lado de la oferta con el fin de optimizar su estructura económica, recortar sobrecapacidad industrial, rebajar costos e impulsar la eficiencia.
Tales esfuerzos son dolorosos y necesitarán tiempo, pero los resultados positivos están empezando a tomar forma.
La economía ahora está más equilibrada y dirigida más por el consumo que por la inversión. El consumo contribuyó a más del 73 por ciento del crecimiento económico de China en el primer semestre del año, unos 13,2 puntos porcentuales más interanual.
Las torpes firmas estatales están modernizándose, las empresas de carbón y del acero están recortando capacidad y el gobierno está cediendo más poder al mercado.
El número de zonas de libre comercio ha aumentado rápidamente. Las firmas extranjeras están cosechando beneficios en China y el país está considerando permitirles un acceso más fácil al mercado.
La historia de China prueba que a pesar de que la reforma estructural es difícil, tiene su recompensa. El liderazgo es firme en su resolución de impulsar las reformas, resaltó Xin Ming, un profesor de la Escuela del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China.
En el transcurso de los 27 encuentros celebrados por el Grupo Dirigente Central para la Profundización de la Reforma Integral desde diciembre de 2013, cientos de medidas han sido aplicadas para afrontar diversos asuntos, incluyendo la urbanización, el alivio de la pobreza y el papel del mercado para la asignación de recursos.
En consecuencia, China puede compartir su experiencia en el manejo de la transición para animar y ayudar a otros países a alcanzar una cooperación de beneficio mutuo y promover la integración económica global, resaltó Zhang Liqun, un investigador del Centro de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado.
Ocho años después de la crisis financiera global, la recuperación permanece lenta y frágil. La mejor definición del actual crecimiento global es de mediocre, ya que se caracteriza por un aumento del desempleo, una deuda creciente, un débil comercio e inversión y unos turbulentos mercados financieros y de materias primas.
Para la economía de China, la transición a una economía dirigida por los servicios y el consumo, acompañada por una mejora del sistema de seguridad social, liberará una enorme demanda y oportunidades de negocio.
El deseo de China de mejorar su sector manufacturero significa oportunidades de negocio lucrativas para las multinacionales. La inversión extranjera en servicios de alta tecnología en China de enero a junio casi duplicó la cifra del año anterior.
Las multinacionales extranjeras han tenido enormes beneficios en cooperación con las empresas chinas en nuevos materiales, vehículos de nueva energía, componentes de aeronaves, circuitos integrados, cuidado de mayores y computación en la nube.
Entre tanto, la exportación de China de infraestructura de producción y la conversión de compañías domésticas en globales han beneficiado a los negocios foráneos.
Las empresas chinas invirtieron 88.900 millones de dólares en 155 países y regiones de enero a junio de este año, un 58,7 por ciento más interanual. Las compañías chinas han creado trabajos locales y ayudado a la mejora de las industrias locales.
Stephen S. Roach, un alto miembro del Instituto Jackson de Asuntos Globales de la Universidad de Yale, estimó a finales de agosto que China podría contribuir a cerca del 39 por ciento del crecimiento mundial este año.
Tras todo lo dicho, las grandes economías mundiales han visto esperanza en el crecimiento económico de China, lo que es prometedor y da nuevo ímpetu a la economía mundial, concluyó Xu Guangjin, vicedirector de la Escuela de Administración Pública en la Universidad del Pueblo de China.