Por Liz Vargas

China asume con responsabilidad aunar voluntades para la cumbre del G20 de 2016 en la ciudad de Hangzhou. Líderes y expertos mundiales centrarán sus análisis en innovar los patrones de crecimiento, mejorar la gobernanza económica y financiera mundial, impulsar el comercio e inversión internacionales y promover un desarrollo inclusivo e interconectado. Así lo anunció el presidente chino, Xi Jinping, en noviembre de 2015.

"Construir una economía mundial innovadora, fortalecida, interconectada e inclusiva", será el lema del evento reconocido como uno de los más importantes foros para la cooperación económica y financiera mundial, donde las principales economías avanzadas y emergentes del mundo convergen. Representan cerca del 85 por ciento del Producto Interno Bruto, el 80 por ciento del comercio mundial y dos terceras partes de la población del planeta.

Desde su surgimiento el G20 ha marcado el futuro de la humanidad. En 2008, se celebró la primera cumbre en Washington D.C. y el grupo desempeñó un papel clave en la respuesta a la crisis financiera mundial. Grande es la reponsabilidad de China en esta cumbre de 2016 y las reuniones preparatorias lo han demostrado. Los ojos del mundo se posan en la capital de la provincia china de Zhejiang.

Durante la última cumbre China propuso que el G20 fortaleciera la comunicación y la coordinación de políticas macroeconómicas, promoviera la reforma y la innovación, creara una economía mundial abierta, e implementara la agenda de desarrollo sostenible para 2030, dando a conocer sus políticas y medidas relacionadas con la profundización integral de las reformas y el establecimiento de un nuevo sistema de economía abierta.

Toca al mayor país de Asia demostrar que esas propuestas son posibles en el nuevo orden mundial con el telon de fondo de ataques terroristas continuos en algunos países europeos, un gobierno provisional en España y la decisión del Reino Unido de abandonar la Eurozona. En América Latina, Brasil trata de superar un escándalo gubernamental que mantiene fuera del poder a su presidenta constitucional y la economía venezolana se tambalea. El contexto exige cambios inmediatos que dependen de las fuerzas populares y de la capacidad de cada gobierno para asumir un papel democrático.

En la comemoración del aniversario 95 del Partido Comunista de China el presidente, Xi Jinping, dijo: "Corresponde a los pueblos de todos los países decidir a través de consultas qué orden internacional y sistemas de gobernación global pueden beneficiar al mundo y a los pueblos de todas las naciones. China trabajará con todos los países para impulsar el orden mundial y el sistema de gobernación global en una dirección más justa y razonable. China propugna que los pueblos de todas las naciones se unan para transformar la presión en poder y los riesgos en oportunidades y para sustituir la confrontación por la cooperación y los monopolios por acuerdos de beneficio mutuo”.

La hermosa ciudad de Hangzhou situada en el delta del río Yangtsé ha de ser la ventana por donde el futuro del mundo se asome. Es hora de dejar la individualidad a un lado y juntar fuerza y acción para salvar a la tierra.