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spanish.china.org.cn | 30. 06. 2016 | Editor: Elena Yang | [A A A] |
Por Isidro Estrada
De la atracción por los números al “camino sinuoso”, y del pragmatismo a los Ocho Retos
Cuando me llegó la invitación a opinar en este portal sobre el aniversario del Partido Comunista de China, lo primero que acudió a mi mente fue un tropel de números. Mi reacción primaria deriva del ancestral hábito chino de encuadrar en cifras buena parte de sus aspiraciones en los órdenes económico, político y humano, con porcentajes demostrativos incluidos. Y esto lo ha demostrado con creces el PCCh en casi un siglo de existencia. También ahora, cuando apenas comienza a rejuvenecerse.
De tal suerte, comencé evocando las “Diez Grandes Relaciones” – que abarcaban desde la cooperación interpartidista a los vínculos internacionales, e incluso los nexos entre diversas clases sociales - . En 1956, y con el concurso de dicho decálogo, el entonces presidente Mao Zedong sentó las bases para la construcción socialista en su país, procurando, entre otros objetivos, distanciarse de la sombra soviética.
Con sus “Cuatro Principios” fundacionales, los comunistas chinos juraron apegarse al cuarteto que forman el camino socialista, la dictadura democrático-popular, el marxismo-leninismo y el Pensamiento Mao Zedong. Otro hito numeral se produjo en 1963, cuando ZhouEnlai, a la sazón vicepresidente del PCCh, estableció las “Cuatro Modernizaciones” (industria, defensa, agricultura y tecnología), que en 1978 recibirían luz verde del líder Deng Xiaoping, como base de la reforma que dura hasta hoy.
Muestra del ascendente que la “numerología china” detenta sobre los destinos del PCCh es el hecho de que cada uno de sus sucesivos máximos dirigentes ha abrazado algún aporte numerado: ahí están la “Triple Representatividad” promovida por Jiang Zemin; las “Cuatro Perseverancias” (Emancipación de la Mente, Impulso a Reforma y Apertura, Desarrollo Científico y Armonía Social, y Sociedad Modestamente Próspera), de Hu Jintao y, en época más reciente, los “Ocho Puntos”, de Xi Jinping, que resumen la batalla del actual secretario general contra la corrupción.
Mi propia cuenta
Tras esta descripción hago mi propia propuesta numérica: un sencillos “Dos”. En primer lugar, porque me urge no repetir los puntos ya tocados por los colaboradores que me han precedido y, además, porque me interesa recomendar dos libros chinos a propósito de la efeméride partidista. Entiendo que cualquier hispanohablante interesado en desentrañar porqués y cómos del PCCh, se beneficiará en gran medida al consultarlos.
El primer volumen es “Breve historia del Partido Comunista de China”. Este libro, publicado en español en 1994, y en chino 1991, por el Grupo de Ediciones en Lenguas Extranjeras, marca el primer gran esfuerzo post Revolución Cultural del PCCh por emitir una evaluación crítica del devenir de la organización. Su salida coincidió con el 70 aniversario de la fundación del Partido. La redacción corrió a cargo del Grupo Dirigente de la Labor Concerniente a la Historia del Partido, subordinado a su Comité Central, que tuvo a Yang Shangkun como jefe de equipo.
Al evaluar los diez años transcurridos desde el VIII Congreso del Partido, en septiembre de 1956, el vicejefe del grupo mencionado, HuQiaomu, califica de “sinuoso” el período referido, a la vez que destaca la difícil tarea de asumir los capítulos siete, ocho y nueve, en los cuales se revela, con serena objetividad, cómo se fueron acumulando los errores de izquierda dentro del Partido, hasta desembocar en la trágica desmesura de la Revolución Cultural (1966-1976), calzados por el culto a la personalidad de Mao Zedong, a instancias del grupo encabezado por LinPiao, así como el distanciamiento del máximo líder respecto a la realidad durante sus últimos años en el poder.
Estos tres capítulos resultan esenciales asimismo para calibrar las posteriores desviaciones de derecha, en plena Reforma y Apertura, propiciadas en buena medida bajo los mandatos de los máximos dirigentes partidistas HuYaoban y ZhaoZiyang, etapa que tuvo su colofón en los trágicos sucesos del verano de 1989.
Si bien a Deng Xiaoping se le reconoce el mérito como arquitecto de la Reforma y Apertura en China, desde 1978, la lectura de este libro permite apreciar además su papel menos difundido como mediador entre las fuerzas extremas antes mencionadas. Al quedar como líder histórico por derecho propio en el “núcleo” dirigente del Partido, DengXiaoping debió hilar con suma prudencia entre quienes pugnaban por acogerse al denominado “todoismo”, que suponía aplicar a pie juntillas las directrices emitidas por Mao Zedong, a contrapelo de la práctica y, por otro lado, las fuerzas que gradualmente fueron pugnando por la “liberalización burguesa” desconocedora de la realidad china. Esta faceta equilibradora del “Pequeño Timonel” bien merecería un ensayo aparte.
El segundo libro es “Desafíos para el Partido Comunista de China”, publicado en español por la editorial Nuevo Mundo en 2015. Compilación a cargo deXieChuntao, profesor y director del Departamento de Enseñanza e Investigación de la Escuela del Partido del Comité Central del PCCh, el libro propone la “descripción y análisis de los ocho retos que el PCCh enfrenta en la profundización de la Reforma” en China.
En este caso me cabe el orgullo de haber colaborado en la traducción del libro al español, junto a mi esposa china GuoLingxia.
Xie Chuntao coloca las prioridades del PCCh en los siguientes capítulos:
1) Desarrollo sostenido de una economía sana
2) Desarrollo de la democracia
3) Por una mayor presencia del poder blando de la cultura china
4) Mantenimiento de la armonía social y la estabilidad
5) Promover el progreso ecológico
6) En pos de la reunificación pacífica de China
7) Creación de un entorno pacífico y estable para China
8) Castigar y prevenir la corrupción
China, admite el pedagogo, vive momentos de especial gravedad en numerosos aspectos, y no puede darse el lujo de dormirse en los laureles. Con iguales dosis de pragmatismo y sabiduría a las que el país ha acudido para labrarse el nicho de segunda economía mundial, desembarazándose de tanta rémora pasada y retardataria, hoy se impone solucionar estos temas, como tarea impostergable del Partido.
Ahora mismo.