Por Juan Carlos Moreira

 

Este año se cumple el 95 aniversario de la Fundación del Partido Comunista de China (PCCh), en un contexto que sus dirigentes han denominado como “la nueva normalidad”, caracterizada por la necesidad de implementar rápidas y precisas reformas orientadas al consumo y a los servicios, permitir una mayor apertura de la inversión privada, impulsar la innovación y lograr un mayor grado de competitividad e internacionalización de las empresas chinas. Junto a estas inmediatas tareas, se potencializa el llamado del PCCh a la permanente lucha contra la corrupción y a la recuperación social de la cultura y los valores chinos.

Desde el lejano 1921, el PCCh combatió el imperialismo y el feudalismo, logrando en 1949 fundar la República Popular China. Posteriormente, y con el apoyo de las diversas etnias que conforman el país, el PCCh ha sabido salvaguardar la independencia y la seguridad nacionales, construyendo un socialismo con características chinas de palpables resultados económicos que han merecido el respeto y el acercamiento de la comunidad internacional.

En sus estatutos, el PCCh estipula que la guía ideológica de su programa es la Triple Representatividad: el marxismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de DengXiaoping y el concepto de desarrollo científico planteado por Hu Jintao.

Hoy, a 95 años de su fundación, el PCCh no sólo se nutre de su gran experiencia -casi centenaria- y su probada capacidad de liderazgo, sino que también mantiene una visión renovadora y una sabia actitud pragmática en su consecuente accionar dirigido al beneficio de la sociedad china.

El ideario socialista del PCCh se puede expresar en 12 grandes aspiraciones, entre las que se destacan la "prosperidad, igualdad, justicia, gobernanza de acuerdo a la ley y el patriotismo". El pueblo chino considera que los 24 caracteres que las conforman contienen la esencia de 5.000 años de historia y definen la evolución de un pensamiento tradicional que sirve como base para el desarrollo de la conciencia china del siglo XXI.

 

Prosperidad

Entre el 2012 y el 2015, la lucha contra la pobreza se redujo en 66,63 millones de personas, de acuerdo a cifras oficiales. De igual forma, el incremento de los ingresos disponibles per cápita de los habitantes fue superior al aumento del producto interno bruto (PIB) durante el mismo periodo, y la tasa de expansión de los ingresos disponibles per cápita de los habitantes de las ciudades y el aumento de los ingresos netos per cápita en el campo fueron del 7,5 por ciento y el 9,2 por ciento, respectivamente.

 

Igualdad

Entre los principales desafíos con respecto a la igualdad de oportunidades, se ha fijado que antes del 2020 alrededor de 100 millones de trabajadores de origen rural que trabajan en las ciudades deben establecerse permanentemente en las ciudades, dentro del plan diseñado para asegurar el pleno acceso a la residencia o Hukou.

Por otra parte, el PCCh ha garantizado el derecho al empleo, incrementando anualmente la creación de nuevos puestos de trabajo con cifras elocuentes: 12,66 millones (2012), 13,1 millones (2013), 13,22 millones (2014), y 13,12 millones el pasado año.

El “disfrute común” es uno de los cinco grandes principios propuestos por el presidente Xi Jinping e incluido en el XIII Plan Quinquenal de China del 2016 hasta el 2020, fecha en que el gigante asiático espera haber logrado integralmente su objetivo de tener una sociedad modestamente próspera.

 

Patriotismo

Bajo el principio de una sola China, el PCCh ha trabajado por la debida inclusión y la resuelta prevención de acciones separatistas dentro del territorio nacional. Aunque los ilegítimos propósitos independentistas de un determinado sector de Taiwán se mantiene como la mayor amenaza para la paz a través del estrecho, el PCCh -siempre manteniendo como base política el Consenso de 1992- continúa formulando políticas de acercamiento, simplificando procedimientos y perfeccionando los mecanismos de diálogo.

 

Justicia y Gobernanza de acuerdo a la ley

El Comité Central del PCCh mantiene como objetivo en este nuevo periodo que abarca desde el 2016 hasta el 2020 un intenso programa de capacitación y promoción orientado al estricto respeto y cumplimiento de la ley. Éste es el séptimo plan de su tipo desde 1986, fecha en la que China lanzó su primera campaña para concientizar sobre la obligatoriedad de respetar la legislación nacional, en pleno apogeo del crecimiento económico.

Con respecto a la lucha contra la corrupción, la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) del PCCh informó que la próxima ronda de inspecciones se enfocará en los dirigentes de órganos del Estado y del PCCh.

Como respuesta a las quejas de la ciudadanía, el PCCh desde diciembre del 2012 comenzó a implementar la severa regla de 8 puntos que define las normas éticas y de conducta que tienen que seguir los funcionarios públicos chinos. Hasta la fecha, miles de funcionarios han sido penalizados por bonificaciones o subsidios no autorizados, despilfarro, uso indiscriminado de bienes públicos, aceptación y entrega de estimulos materiales y/o dinero, sobornos, viajes injustificados, delitos económicos y celebración de bodas y funerales lujosos.

Con respecto a esta lucha contra los malversadores del patrimonio común, Xi Jinping ha precisado que la destitución de miles de funcionarios acusados de corrupción no indica una "lucha de poder estilo House of Cards" dentro del PCCh.

El futuro del PCCh estará garantizado por la calidad de su militancia, compuesta actualmente por más de 88 millones de miembros.

En un mundo cada vez más entrelazado, complejo y dinámico, para mantenerse como timonel y protagonista del socialismo con características chinas, el PCCh tendrá que garantizar y perfeccionar la integralidad de los legítimos valores que el pueblo chino escribe con 24 caracteres: prosperidad, democracia, civilización, armonía, libertad, igualdad, justicia, gobernanza según la ley, patriotismo, profesionalismo, integridad y bondad.