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| spanish.china.org.cn | 25. 05. 2016 | Editor: Eva Yu | ![]() |
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El colombiano Esteban Ordóñez (no es su nombre verdadero) tenía 20 años cuando decidió poner fin a un complejo de baja estatura que lo tenía "desesperado". Medía 1,61 metros y se sentía mal consigo mismo, hasta tal punto que su complejo se había convertido en un "problema psicológico".
En 2014 viajó al Centro Ilizarov de traumatología restaurativa y ortopedia en Kurgan, Rusia. Allí pasó cinco meses solo, tras someterse a una dolorosa operación de aumento de estatura. Le fracturaron las tibias por dos sitios y le colocaron unos fijadores externos unidos al hueso con dos largos tornillos.
Al cabo de cinco meses, había crecido 5,5 centímetros.
Su familia pagó 16.000 euros entre el tratamiento, el pasaje de avión, el visado y la alimentación "extra", porque a este colombiano le costó adaptarse a la comida "poco sabrosa" de un hospital ruso.
Cada vez más gente se somete a estas intervenciones dolorosas, caras y no exentas de complicaciones por motivos estéticos.
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