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spanish.china.org.cn | 29. 04. 2016 | Editor: Lety Du [A A A]

La unión regional y el diálogo fraguan la seguridad de Asia y del mundo

Palabras clave: CICA. Asia

Por Juan Carlos Moreira

 

No es un secreto que la contemporaneidad se ha tornado desmesuradamente insegura, a pesar del creciente desarrollo militar y tecnológico que existe para neutralizar cualquier amenaza de esta índole.

Los recientes atentados de París y Bruselas, los ataques armados en Estados Unidos, el conflicto nuclear de la península de Corea, los altos índices de violencia doméstica y la convulsión política que experimenta algunos países de América Latina, la guerra en Siria y la actividad extremista en África establecen los puntos cardinales de la pólvora bélica dentro de este mundo de hoy. Si a todo esto, se le suma los conflictos que durante décadas no han logrado una solución definitiva, podríamos concluir que la paz y la armonía mundial es todavía una alta aspiración que ni siquiera el horror de dos guerras mundiales han logrado fraguar.

Dentro de este contexto, China como segunda economía mundial, no puede quedarse de brazos cruzados. El gigante asiático conoce muy bien el alto costo social y económico que acarrearía un escenario global inseguro, y específicamente un continente asiático inseguro.

Es por ello que el presidente Xi, con excelente claridad y sabiduría proverbial, expresó durante su intervención en la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia(CICA) que “la seguridad de Asia se preservará siempre a través de acuerdos logrados mediante el diálogo y la confianza mutua”, excluyendo la acción militar del escenario de operaciones.

La CICA fue establecida en 1992 como un foro para el diálogo y consulta en temas de seguridad en Asia. La Conferencia actualmente tiene 26 países miembros y 12 países y organizaciones internacionales como observadores.

Durante la cumbre de la CICA celebrada en el 2014 en Shanghai, Xi también propuso una visión muy avanzada sobre la seguridad para Asia que debería ser integral, cooperativa y sostenible. Y el nuevo marco de cooperación regional lo debe constituir, precisamente, la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia (CICA).

La principal estructura de seguridad vigente en Asia es el sistema de alianzas encabezado por Estados Unidos, el cual ha dividido a los países asiáticos en dos bandos: los aliados de Estados Unidos y los que no lo son.

China, el país más grande de Asia y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, está decidido de una manera responsable a desempeñar su protagonismo en la protección y promoción de la seguridad del continente y de encontrar nuevos mecanismo para implementar las iniciativas que lo garanticen.

Esta política exterior no debe asombrar a nadie, pues es coherente con la política nacional, específicamente con las “cuatro tareas integrales" para concretar el sueño chino: construir integralmente una sociedad moderadamente próspera; profundizar integralmente en la reforma económica; administrar la nación conforme a la ley y mantener el gobierno y liderazgo del Partido Comunista de China. De manera que las “cuatro tareas integrales" también actúan en un ámbito mayor: la seguridad de Asia, pues al lograr el sueño chino, el país contribuye a la estabilidad y prosperidad del continente.

Ahora bien, cuando se habla de seguridad en Asia se evidencian tres objetivos fundamentales de trabajo: la seguridad energética, la seguridad nuclear y la lucha contra el terrorismo internacional y los factores externos desestabilizadores.

En el caso de la seguridad energética, el primer factor puede definirse como la inseguridad de la energía material y se expresa como la amenaza a las fuentes de energía y a la disponibilidad necesaria para el consumo. El segundo se relaciona con los conflictos de la oferta y la demanda y la gestión de la energía en el mercado, estrechamente relacionado con los acuerdos y contratos entre los países y puede considerarse como un tipo de inseguridad energética del sistema. Este es un tema álgido pues todavía hay un largo camino por recorrer para establecer una efectiva gobernanza en el sector energético que redunde en la seguridad que todos anhelan tener. También la volatilidad del mercado financiero y las relaciones entre los gobiernos determinan el mayor o menor nivel de enfrentamiento que conduciría a un inevitable conflicto. Para mejorar la seguridad energética, en primer lugar todos los países deben luchar por la estabilidad geopolítica, respetar los contratos firmados y mantener una férrea política antimonopolio en el sector.

Sobre la seguridad nuclear, el tema de mayor preocupación y trascendencia sigue siendo la Península de Corea. Sobre este particular, ha quedado claro que ningún país debe buscar su propia seguridad absoluta a costa de los demás.

China ha incorporado la seguridad nuclear a su sistema de seguridad nacional, escrito en la Ley de Seguridad Nacional y ha definido su carácter estratégico. También ha mejorado el marco jurídico nacional en materia de seguridad nuclear y estudia proyectos de leyes de energía atómica y seguridad nuclear. Asimismo, promueve la cooperación para el modelo de menor uso de uranio altamente enriquecido y ayuda a todos los países para reducir al mínimo el uso de uranio altamente enriquecido en función de sus necesidades, que siempre deberán ser económicas y tecnológicamente viables.

Como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, sobre las repetidas pruebas nucleares y de misiles realizadas por la República Popular Democrática de Corea, China ha señalado con firmeza su pleno apego a la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su compromiso con la desnuclearización y la solución a través del diálogo y la negociación.

"Como vecino cercano, nunca permitiremos la guerra o el caos en la península de Corea porque no favorece los intereses de nadie", ha dicho Xi.

Asia también se enfrenta al desafío de elementos externos desestabilizadores que buscan la internacionalización del diferendo del Mar Meridional de China para ejercer presión sobre las partes directamente involucradas, específicamente las frecuentes operaciones que se realizan por parte de Estados Unidos, que desafían la soberanía marítima de la región y representan graves amenazas para la estabilidad y la prosperidad ecónomica de Asia.

China ha mantenido su principio de la resolución pacífica en las disputas, a través de consultas amistosas y negociaciones con los países directamente involucrados. Las principales voces del CICA ya han declarado la necesidad del respeto a la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China.

"Una Asia estable y en desarrollo es una bendición, mientras que una Asia turbulenta y en decadencia no hará más que causar problemas al mundo", advirtió el presidente Xi durante la Conferencia.

Asia es hogar de países, religiones y culturas diversas, con sistemas sociales diversos y países en diversas vías de desarrollo y niveles económicos.

Urge establecer mecanismos de control de crisis y mecanismos de seguridad más eficientes para Asia, pero con características asiáticas.

En este sentido, la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia (CICA) merece el aplauso de todos los países que estén comprometidos con edificar un mundo mejor y más seguro.

 

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