Después de una feroz batalla para mantener su ventaja, el aspirante republicano Donald Trump y su homóloga demócrata Hillary Clinton están de vuelta para conseguir la nominación de su partido después de conseguir grandes victorias el martes en Nueva York.

Trump necesitaba ganar las primarias en Nueva York después de que durante varias semanas su rival, el senador Ted Cruz, generó dudas sobre que el multimillonario desparpajado pudiera obtener suficientes delegados para conseguir la nominación.

De la misma forma, la victoria de Clinton sobre su rival Bernie Sanders la pone de vuelta en una posición decisiva para obtener la nominación demócrata, luego de que el senador de Vermont le dio una lección en Washington, Hawai y Alaska el mes pasado, cuando la derrotó en esos estados.

Aunque no había dudas sobre que Clinton consiguiera en última instancia la nominación, había varias dudas sobre cuánto tiempo podría librar una batalla tan intensa Sanders.

"La victoria decisiva en Nueva York pone de vuelta a Trump en vía de la nominación", dijo a Xinhua el investigador del Brookings Institution Darrell West.

No obstante, el controvertido candidato tiene que dar seguimiento a la victoria con victorias rotundas en las siguientes semanas en los estados de Pensilvania, Maryland y Connecticut. Si tiene un buen desempeño, le dará impulso en la etapa final de las primarias, dijo West.

West añadió que Cruz se mantiene en la contienda a pesar de su pobre desempeño en Nueva York porque las élites republicanas están desesperadas en encontrar a alguien que pueda detener a Trump.

"Las victorias de Cruz en el último mes condujeron a los líderes del partido a considerar que puede descarrilar a Trump, pero no está claro si Cruz podrá hacerlo", añadió West.

"Su mejor apuesta es mantener a Trump en la mayoría en una primera votación y esperar a que los delegados de Trump deserten de su candidato en las siguientes votaciones", añadió.

Julian Zelizer, profesor de Historia y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton, dijo a Xinhua que la victoria de Trump en Nueva York es importante en varios frentes.

Primero, le da un gran número de delegados, lo que es importante por las pérdidas organizacionales que sufrió ante Cruz en las últimas semanas, indicó Zelizer.

Segundo, repercute en su narrativa mediática y hace que la atención se ponga en su capacidad para lograr grandes victorias en los estados del noroeste y no en sus dificultades con Cruz.

Finalmente, las dificultades han llevado a Trump a tranquilizar su retórica y como esto funcionó, podría ser su estrategia en las próximas semanas, dijo Zelizer.

Dan Mahaffee, un analista del Centro para el Estudio de la Presidencia y del Congreo, dijo a Xinhua que la victoria de Trump le da un poco de impulso valioso.

Sin embargo, Zelizer escribió hoy en CNN.com que el camino por delante será difícil para Trump incluso después de su gran victoria en Nueva York dado que han salido a la luz varias de sus debilidades.

Zelizer argumentó que Trump ha confiado hasta ahora en una campaña mediática y sostiene que la organización en el terreno, como voluntarios haciendo campaña a favor, siempre ha sido el talón de Aquiles del magnate neoyorquino.

Otra debilidad es la controversia a raíz de que un simpatizante de Trump golpeó a un manifestante durante un acto de campaña, En lugar de condenar el acto, Trump ofreció pagar la multa del agresor, señaló Zelizer.

Por otra parte, la gran victoria de Clinton la ha colocado en una posición decisiva para obtener la nominación del Partido Demócrata, dijo West.

Mahaffee dijo que la victoria de Clinton le permite afirmar que el impulso y las matemáticas están de su lado para ganar la nominación.

Aunque Sanders ha podido atraer multitudes, en una contienda primaria cerrada sin candidatos independientes y en la que los nuevos electores han acudido a Sanders, Clinton pudo obtener la victoria gracias al fuerte apoyo de los demócratas de mucho tiempo, minorías y mujeres, indicó.

Clinton también necesitaba una victoria decisiva sobre Sanders, quien sorprendió en los últimos meses a los expertos que subestimaron su popularidad entre los jóvenes votantes liberales, su principal base de apoyo.

La popularidad de Sanders antes de las elecciones de Nueva York se derivó de una mezcla de lo que los críticos describieron como una débil campaña de Clinton y una inusual población insatisfecha con los millennials, quienes siguen resintiendo la desaceleración económica de 2008.

Este grupo tiene una alta tasa de desempleo y está llena de deudas estudiantiles, de alrededor de 35.000 dólares por persona, según cálculos, mucho más altas que las del mismo grupo etario hace una década.

No obstante, la derrota en Nueva York repercute terriblemente en la campaña de Sanders.