Ha pasado mucho tiempo desde que lo más ingenioso en un bar fueran aquellos antiguos azulejos azulados que cubrían las paredes con frases ingeniosas que ya venían preparadas de fábrica. Ahora los propios dueños son los que se estrujan los sesos para sacar lo mejor de su capacidad mercadotécnica y atraer a los clientes, de la forma más ingeniosa y divertida posible.

Además, la cosa ya no queda sólo entre los clientes o quienes pasan por la calle, por delante del local, sino que las redes sociales se encargan de que el mensaje pueda llegar mucho más lejos, lo que produce también multitud de copias del mismo cartel, o variantes que hacen imposible saber dónde comenzó la ingeniosidad.

En ocasiones, estos carteles incluso traspasan fronteras, pues puede intuirse cuándo se trata de traducciones de carteles en otros idiomas, que los camareros adaptan a sus propios locales.

Estos son algunos de los más llamativos que hemos encontrado por la red.