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spanish.china.org.cn | 29. 02. 2016 | Editor: Elena Yang [A A A]

La bienvenida china al talento extranjero

Palabras clave: La bienvenida china al talento extranjero

 

Por Juan Carlos Moreira

 

Recientemente, el Ministerio de Seguridad Pública de China afirmó en un comunicado que "para asegurar el sostenible desarrollo económico y social del país, China debe atraer a las élites profesionales extranjeras de una manera más abierta".

El Ministerio de Seguridad Pública ha implementado la política piloto en el Centro de Innovación de Tecnología de Shanghai y Zhongguancun de Beijing, conocido como el "Valle del Silicio de China".

Este explícito reconocimiento del necesario papel del talento extranjero en la construcción y consolidación de la nueva etapa del desarrollo chino, enruta hacia uno

de los esenciales derechos que requieren los interesados en trabajar y vivir en China: la condición de residentes permanentes.

El documento también clarificó que los extranjeros con ese estatus disfrutarán del mismo tratamiento que los ciudadanos chinos a la hora de comprar viviendas, acceso

a la educación, obtención del permiso de conducción y otras gestiones administrativas.

En la década del 60, se podían contar con los dedos de las manos aquellos trabajadores extranjeros que no fungieran como diplomáticos o funcionarios estatales enviados por sus respectivos países a China como parte de la misión gubernamental. En aquel entonces, la Nueva China -ante ojos no rasgados y desde la distancia- era una tierra remota, con un idioma ancestral y una cultura profunda y enigmática. Aunque admirada, China aún no era una tierra de oportunidades para ganarse el pan nuestro de cada día.

Años después, con la imprescindible apertura China se abrió la puerta a la inversión extranjera, aunque esta reforma tampoco significó que flexibilizara la entrada masiva de talentos extranjeros al país. En esos años, la mayoría de los trabajadores que no eran chinos, se empleaban en empresas de capital extranjero o mixto.

Las posibilidades de una contratación directa con empresas totalmente nacionales se fue acrecentando con la gradual internacionalización de los negocios de China continental, aunque tampoco esta nueva etapa se caracterizó por la fluída oferta de contratación y la elocuente bienvenida al talento de ultramar, debido, entre otros factores, al bajo nivel de "globalización" que ofrecía China, los bajos salarios enraizados en el sistema de producción, el sistema de leyes que limitaban la libre contratación de personal extranjero y una cultura de la producción orientada a la manufactura, realidad que incidía negativamente en la difícil inserción dentro del entramado social chino de los llamados"laowai".

Sin embargo, desde el 2011 y ante las nuevas condiciones históricas, la nueva dirigencia china ha venido aperturando el proceso de incorporación de los ciudadanos extranjeros al entramado laboral y social de la segunda economía más grande del mundo, otorgándoles -por ley- importantes derechos que antes no poseían y estableciendo estrictos controles para garantizar la legalidad laboral de los residentes extranjeros en China.

El 1ro de julio del 2011 entró en vigor la nueva Ley de Seguridad Social de China, que en su artículo 97, expresa: “Los extranjeros que trabajan en China podrán participar de los programas de seguridad social de acuerdo a esta ley".

El sistema de seguridad social chino está compuesto por una pensión por jubilación, seguro médico, seguro de desempleo, seguro de maternidad y seguro de riesgos de trabajo.

Para muchos expertos extranjeros, que llevaban años laborando en empresas y entidades chinas, más allá del salario mensual y del contrato y permiso de residencia anuales que le ofrecían y que constituían toda su estabilidad en el gigante asiático, la posibilidad de acogerse a la seguridad social china fue un justo reconocimiento a su contribución como esforzados trabajadores, que "codo con codo" junto a los ciudadanos chinos han ido edificando el hoy y el mañana de la nación.

Si bien, en ese momento, a muchos empleados extranjeros les preocupaba el dinero que recortarían de sus salarios para abonar el nuevo sistema de bienestar social, pronto comenzaron a ver las ventajas de la nueva ley.

Por ejemplo, si las contribuciones jubilatorias —que constituyen la mayor parte de las contribuciones individuales— pueden devolverse libre de impuestos si no llegan a hacerse efectivas, los extranjeros en realidad terminarán pagando un impuesto individual a las ganancias levemente inferior al básico.

También, gracias a esta ley, podrán surgir nuevos tratados bilaterales para que los ciudadanos de más países gocen de exenciones condicionales del sistema social obligatorio.

China se ha destacado por sus bajos costes de mano de obra, que siempre fueron considerados como la mayor ventaja estratégica del país. Gracias a ello y a la masividad de su producción, logró alcanzar el predominio en muchas industrias en las que se requiere resultados intensivos e implicar mucha mano de obra. Y aunque, de un tiempo a esta parte, el costo de la vida ha ido en aumento, muchos expertos aseguran que la rentabilidad productiva de China seguirá manteniendo su ventaja con respecto a la mayor parte del resto del planeta.

Sin embargo, en un entorno económico global difícil donde China enfrenta la caída de sus exportaciones y el consiguiente exceso de capacidad de producción de sus fábricas, donde la producción masiva e intensiva genera un medio ambiente cada vez más contaminado y su población actual tiende a envejecer, a pesar del sustantivo cambio en la politica de natalidad, está claro que no se puede seguir arando con viejos bueyes.

Con la nueva reorientación del modelo de crecimiento económico de China, también se reinaugura una nueva etapa en la oferta laboral para el talento extranjero.

En primer lugar, mientras se reforma el sistema chino de educación, hay que enfrentar la falta de creatividad y de iniciativa personal que ha estado relativamente ausente en los métodos de enseñanza tradicionales. El entramado educativo, aunque haya formado profesionales técnicamente muy competitivos y disciplinados, no ha impulsado la autoiniciativa ni ha estimulado el pensamiento complejo ni el trabajo en equipo.

Esta realidad plantea un serio problema en la nueva etapa, donde urge generar nuevas ideas, saber dirigir un entorno creativo y manifestar un pensamiento innovador que concrete tecnología de avanzada, productos de vanguardia y nuevos conocimiento como requisitos esenciales para mantener y mejorar los actuales mercados y el bienestar económico logrado. Aunque China siempre ha concedido gran importancia a su sistema educativo y en los últimos años, se ha prestado especial atención a la ingeniería y a las ciencias, formando anualmente un número superior a los licenciados de EE.UU., Japón y la U.E., esta reciente "producción" ha creado un mercado laboral con una generación joven instruida, pero carentes de la vital experiencia y la madurez necesarias para desatar el proceso de innovación y creación a gran escala, que actualmente necesita China. De ahí que, en un mundo globalizado, se hace necesario abrir el país a lo mejor del talento mundial, en aras de equilibrar y enriquecer la cantera del potencial nacional existente.

En segundo lugar, cada año salen de China más de cien mil jóvenes para cursar estudios en el extranjero. Actualmente, menos de la mitad regresan a China. Al facilitar las condiciones para un ambiente internacional laboral dentro del país, aumentaría el número de graduados en ultramar que opten por regresar a China en busca de empleo. De hecho, la mayoría aspiran a sueldos más altos que sus colegas graduados en el país, ya que son conscientes del valor agregado que ofrecen a las empresas.

Por otra parte, la valiosa bienvenida del talento extranjero a China también será una útil herramienta para los profesionales foráneos que tengan que lograr buenos rendimientos en un ambiente cultural y con categorías de juicio muy distintas a las de sus culturas de origen.

Por otra parte, será un buen camino para lograr financiamiento en proyectos e iniciativas personales que en sus países no logran obtener.

También la apertura china a los profesionales de ultramar será una robusta fuente de empleo, especialmente para los talentos europeos y latinoamericanos, continentes donde el desempleo entre los profesionales subraya niveles considerables.

En mi opinión, uno de los logros más importantes de la nueva política de bienvenida al talento extranjero será la notable ampliación del concepto "trabajador extranjero en China".

Una mejor bienvenida significa una mejor calidad de profesionales dispuestos a trabajar en China. Este principio lo ha comprendido la actual dirigencia del pais.

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