Mientras unos 80 líderes mundiales debatían el domingo sobre la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en una cumbre de la ONU, el hecho de que en muchas partes del mundo no están garantizados los derechos de la mujer nos recuerda que se requiere urgentemente de esfuerzos globales en este sentido.

Las mujeres en el mundo sufren aún la violencia, la pobreza y la falta de acceso a la educación superior, a la vez que mantienen una representación relativamente baja en la política y en los organismos de toma de decisiones económicas.

Estadísticas muestran que la disparidad de género se incrementa en los niveles educacionales secundario y terciario en muchos países, que las mujeres ganan entre el 10 y 30 por ciento menos que los hombres por un mismo trabajo, y que apenas el 22 por ciento de los miembros de todos los parlamentos nacionales eran mujeres hasta agosto de 2015.

Un reciente informe del Banco Mundial expresó que las mujeres en Medio Oriente y Africa del Norte enfrentan los mayores obstáculos a la hora de acceder a un empleo o abrir un negocio y que Arabia Saudí es la economía más restrictiva de Medio Oriente en términos de las habilidades de las mujeres para trabajar o iniciar un negocio.

Ante tal situación, resulta muy necesario celebrar una cumbre de este tipo, en la cual el presidente chino, Xi Jinping, realizó una propuesta de cuatro puntos para mejorar el impulso de los derechos de la mujer en el mundo, en que se indica la dirección del desarrollo de la mujer y las soluciones para los actuales desafíos.

Los puntos propuestos incluyen esforzarse por el desarrollo de la mujer simultáneamente con el progreso social y económico, proteger los derechos e intereses de la mujer, construir conjuntamente sociedades armoniosas e inclusivas, y promover un ambiente favorable para el desarrollo de la mujer.

Realmente, es debido a que la dirección china concede suma importancia a la búsqueda de la igualdad de género -calificada por Xi de "una gran causa"- que China ha conseguido logros significativos en la defensa de los derechos de la mujer.

De acuerdo con el informe sobre la Implementación de las Metas de Desarrollo del Milenio de China (2000-2015) presentado conjuntamente por el gobierno chino y el Sistema de la ONU en China en julio de 2015, China ha alcanzado la igualdad de género en la educación primaria y secundaria. Además, la brecha entre niños y niñas en términos de años de educación fue reducida de 1,3 años en 2000 a 0,8 años en 2014.

Además, hay más de 21 millones de mujeres chinas trabajando en el sector de la ciencia y la tecnología, lo que supone alrededor del 40 por ciento del total de empleados en este terreno, según el informe.

Por desgracia, algunos medios y políticos occidentales, ignorando los hechos expuestos, difunden una visión imprecisa de los asuntos sociales de China criticando el desarrollo de la mujer en el país.

La verdad es que China, según Xi, "hará más para mejorar la igualdad de género como su política de Estado básica", ya que las mujeres sostienen "la mitad del cielo". El presidente también afirmó que su país apoyará a las mujeres para que persigan sus sueños y aspiraciones tanto en sus carreras profesionales como en sus vidas privadas.

En la cumbre, Xi anunció una donación de 10 millones de dólares estadounidenses para la ONU Mujeres, la agencia que promueve los derechos femeninos, para implementar la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción y para el cumplimiento de los objetivos relativos en la Agenda de Desarrollo Post-2015.

En los próximos cinco años, China ayudará a otros países en desarrollo a construir 100 "proyectos sanitarios para mujeres y niños", enviará equipos de expertos médicos para aportar servicios e implementará 100 "proyectos de campus felices" para financiar la escolarización de niñas pobres y elevar la tasa de matriculación escolar de las chicas.

Además, China acogerá a 30.000 mujeres de países en desarrollo para programas de preparación en el país y aportará 100.000 oportunidades de entrenamiento de las habilidades en comunidades locales de otras naciones en desarrollo. Desde la Conferencia Mundial sobre las Mujeres celebrada en Beijing en 1995 hasta la cumbre de las Naciones Unidas coorganizada por China y ONU Mujeres en este 2015, las contribuciones del país asiático han abierto grandes perspectivas para el desarrollo de las mujeres, que necesita esfuerzos concertados de todos los países del mundo.