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spanish.china.org.cn | 25. 09. 2015 | Editor: Eva Yu [A A A]

Las declaraciones de Xi Jinping al Wall Street Journal entre líneas

Palabras clave: Las declaraciones de Xi Jinping al Wall Street Journal entre líneas

Por Jorge Fernández

 

Las declaraciones del presidente Xi Jinping revelan a la opinión pública que tanto la nación china como las instituciones del estado chino están dispuestas a trabajar con la primera potencia del mundo en un entorno de respeto y bajo un modelo de trabajo constructivo.

 

Las preguntas hechas al presidente Xi Jinping por el rotativo The Wall Street Journal revelan las más apremiantes dudas surgidas en la comunidad estadounidense hacia China, el país en vías de desarrollo más influyente del planeta y con el que Estados Unidos, la primera potencia del mundo, debe construir un modelo peculiar de relación bilateral.

Las dudas nacen naturalmente del comportamiento que China ha reflejado recientemente en el escenario nacional e internacional, desde leyes aprobadas por la Asamblea Popular Nacional para la regulación de la internet, hasta el desarrollo y mantenimiento de instalaciones en las Islas Nansha, pasando por la participación del país asiático en un nuevo orden internacional.

Todo gira en torno a la vitalidad que nace en el seno del gigante asiático y al papel que este país ha decidido asumir en sus relaciones con el resto del mundo, dos fenómenos que como lo evidencian las preguntas del Wall Street Journal, despiertan interrogantes inéditas en una sociedad cuyo gobierno ha sido en solitario arquitecto del modelo internacional que hoy rige al planeta.

Las respuestas del presidente Xi Jinping entregadas por escrito al rotativo estadounidense, encierran un valor estratégico, no sólo por responder a delicados temas políticos como el espionaje o la corrupción, sino por llevar implícito un marco de principios que son modelo y referencia para abordar asuntos delicados o escabrosos en una de las relaciones bilaterales más complejas del planeta.

Equivocadamente, algunos ya han colocado a China en el lugar de las superpotencias, un escaño que la nación china, revitalizada por el Sueño Chino, aún no ocupa, pero que espera ocupar. La valoración sobrestimada no exime a China de entablar con Estados Unidos un dialogo serio, honesto y comprometido sobre las responsabilidades que a cada uno de los dos estados le corresponde asumir, uno como gigante en rápido desarrollo y otro como potencia mundial.

Es en este contexto que las respuestas del presidente Xi Jinping adquieren una importancia relevante de cara a las interrogantes de la opinión pública estadounidense. El dinamismo y rápido ascenso del estado chino, con marcadas diferencias culturales, históricas y políticas vis-à-vis los Estados Unidos, no busca la confrontación sino que por el contrario, invita al establecimiento, construcción y desarrollo de un modelo de relación de beneficio compartido tanto a nivel bilateral como en el ámbito multilateral.

El comportamiento de China en la escena internacional sugiere a la opinión pública que China “busca un reordenamiento de la arquitectura de la gobernanza mundial”, un hecho que si bien Beijing no niega, sí lo elabora bajo un marco de principios que apuntan a la innovación y al mejoramiento de las instituciones y agencias existentes, con la aprobación de todos y cada uno de los países, y no por un país o monopolio.

A nivel nacional, China está embarcada en un proceso de fortalecimiento nacional, que apunta a la construcción de un futuro de paz, seguridad, estabilidad y vida digna para sus ciudadanos, elementos que requieren protección bajo el manto de un estado de derecho. Estados Unidos y el mundo en general es recibido con beneplácito para contribuir y beneficiarse de estos esfuerzos, respetando las leyes y regulaciones aplicadas en un país con experiencias históricas y peculiaridades modernas únicas.

La relación chino-estadounidense, a veces armoniosa, a veces tensa, presenta un sinfín de oportunidades para el intercambio, para el desarrollo y para el crecimiento conjunto. El marco de principios vertidos en las declaraciones del presidente Xi Jinping revelan a la opinión pública que tanto la nación china como las instituciones del estado chino están dispuestas a trabajar con la primera potencia del mundo en un entorno de respeto y bajo un modelo de trabajo constructivo.

Hoy por hoy, las acciones de China y de Estados Unidos repercuten directamente en el escenario internacional. Asia, África y América Latina celebran junto con la comunidad de naciones una relación chino-estadounidense positiva y armoniosa, orientada al beneficio común y a la prosperidad de todos.

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